Tampoco el teatro es como la vida. A decir verdad, no le llega ni a las rodillas. Un beso bien dado en una función es apenas un elegante transmisor de gérmenes.
A pesar de todo, no entiendo la vida sin teatro porque, siendo un pobre hombre, me viste de rufián, de héroe, de cadáver o de pájaro. Me viste de vida.
Don Ramón María del Valle-Inclán con motivo del Día Internacional del Teatro
(me pide que firme así el insigne profesor Germán Jiménez. Y yo, blandita por la efeméride y los tiempos, le hago caso. Por una vez y sin que sirva de precedente...)
Hablando dd Valle, un grandérrimo, aquí mi aportación a mi primera clase virtual para hablar del esperpento, un término que llegó para quedarse y asentarse:
ResponderEliminarhttps://youtu.be/GYEhIpPzDUc