1 de diciembre de 2019

Los Testamentos


Los Testamentos 
Margaret Atwood (Ottawa, 1939) es una de las escritoras canadienses de mayor renombre internacional; es una prolífica poetisa, novelista, crítica literaria, profesora y activista política canadiense.
 Eterna nominada al premio Nobel pero “misteriosamente”,  a pesar de escribir obras maestras con unas estructuras narrativas insuperables, nunca concedido; quizá a los académicos les importunen las denuncias incómodas para el sistema político y social que esta escritora hace en sus obras.
Aunque actualmente se ha hecho popular por la aclamada serie El cuento de la criada, lo cierto es que tiene en su haber obras de una gran calidad literaria como Alias Grace, Resurgir, El asesino ciego, Ojo de gato, Por último, el corazón y la recién publicada Los Testamentos.
La novela El cuento de la criada (1985) nos describe un mundo distópico en el que todos los derechos conseguidos a lo largo de los siglos han sido abolidos por un sistema dictatorial disfrazado de teocratismo. Aunque parece que estamos hablando del pasado, lo cierto es que es una novela futurista donde se nos muestra una mirada terrible  y lúcida que denuncia la barbarie que pueden llegar a alcanzar los puritanismos extremos de toda índole y las ansias de dominio sobre los seres humanos, en especial sobre las mujeres, privados del ejercicio del derecho a la libertad. Gilead es el nombre del nuevo estado que describe Margaret Atwood y nos relata las vivencias de una mujer aprisionada en una nueva sociedad que ella no ha elegido, una sociedad que la ha convertido en una esclava sexual a través del maltrato y la política del miedo. Un estado futurista disfrazado por la crítica de distopía, pero lo cierto es que la autora se ha servido para crear ese mundo, de culturas que han existido en el pasado y también en la actualidad.
El cuento de la criada termina en el clímax de la narración, dejando al lector en un estado de ansiedad y de incertidumbre; correspondiendo para los que sólo hayan visto la serie con el final de la primera temporada. Hemos tenido que esperar 34 años para que la autora nos desvele qué ha pasado con Judd cuando fue conducida a un camión escoltada por los “ángeles”.

La autora sitúa la acción quince años después de los acontecimientos narrados en El cuento de la criada. El libro en nada se asemeja en las continuaciones de la serie. Narra la vida de tres mujeres:
-          Tía Lydia: La mano de hierro del régimen que golpea y mutila sin piedad a las mujeres obligadas a ser criadas. Pero qué le ocurrió a esta mujer  para llegar a ser el brazo ejecutor de los Comandantes cuando antes de existir Gilead era una reputada jueza que defendía a las mujeres tanto en los divorcios como en problemas de violencia de género.
-          Una joven, hija de un Comandante que se cría en Gilead y constituye la primera generación que no ha vivido en otro sistema que el actual y que por supuesto nació del vientre de una criada.
-          Otra joven que vive en Estados Unidos y crece en libertad pero ve por televisión un régimen vecino que la hace sorprenderse y rechazarlo con todas sus fuerzas.
Son tres mujeres, tres narradoras, completamente diferentes que entrelazarán sus vidas con un fin común. ¿Será el de acabar con la República de Gilead?  ¿Podrá la fuerza de solo una mujer y dos jóvenes derrocar un sistema machista, antidemocrático y violento? O por el contrario, ¿serán seducidas por las teorías puritanas y sectarias del sistema? ¿Conocerán los lectores cuál fue el destino de Judd en esta novela? Solo con la lectura de esta nueva obra maestra de la autora podrán dar respuesta a estas preguntas y os aseguro que nada tiene que ver con el desarrollo que está tomando la historia con las temporadas de la serie. 
La obra no es de difícil lectura y realmente no hace falta haber leído el primero para comprender el segundo (aunque es recomendable). Pero sí hay que ser un lector o lectora interesados en tramas que vayan más allá de lo puramente anecdótico; que busquen una literatura que les haga sentir el vértigo del pasado y del posible futuro. O incluso del amenazador presente.


Raúl Murillo García, profesor de Lengua y Literatura y miembro del equipo de Lectura y Biblioteca

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