Si no
hay un mañana escrito por Jennifer L.Armentrout, es un libro de drama y romance
juvenil, publicado en abril del 2019 en español.
Jennifer
es una prestigiosa escritora best seller del New York Times y con numerosos
premios por sus novelas juveniles, como Obsidian. En este libro nos
sumergimos en un viaje a través de la mente de Lena, una adolescente de tan
solo diecisiete años, con el fin de entender cómo funciona la vida de los
adolescentes, y que quizás no es tan sencilla como los demás piensan.
Lena
no es más que la típica adolescente tímida a la que le encanta leer para evadirse
del mundo, buscando en los libros el final feliz que no es capaz de encontrar
en su vida. No piensa más que en su futuro, y en lo que ocurrirá con su vida
cuando se vaya a la universidad, quizás a la de Virginia Occidental, y tenga
que dejar atrás a su imperfecta familia, a sus locas amigas, y sobre todo, a él,
a el chico del que lleva enamorada quizás demasiado, su mejor amigo. Su rutina
diaria se basa en trabajar, quedar con sus amigas, ignorar las llamadas de su
padre, ignorar sus sentimientos, y por supuesto, ir de fiesta con sus amigas.
Sin
embargo, su vida cambiará en una noche. Esa maldita decisión definirá su vida
para siempre, y la sumergirá en un profundo agujero del que no podrá salir
hasta que acepte lo que sucedió, y pase página.
Tras
el accidente de tráfico en el que Lena perdió a cuatro de sus amigos, tras ser
la única superviviente, su vida cambia, y se da cuenta de que nada de lo que
antes era importante tiene real valor. Lena se siente culpable porque podría
haber conducido ella, en lugar de ser Cody quien lo hizo, pues estaba borracho.
Se siente culpable porque podría haberlo evitado, pero no lo hizo, y se siente
más culpable todavía por estar viva. Lena tendrá que recorrer un largo camino,
en el que deberá aprender a vivir con ello, pues como ella misma dice “la vida
nunca volverá a la normalidad, nunca volverá a ser la misma”.
La
adolescencia es una de las etapas más bonitas, pero también una de las más
difíciles. Muchas personas creen que los adolescentes solo tenemos que
estudiar, y salir con nuestros amigos, pero esto en realidad no es tan
sencillo. Con la llegada de la adolescencia también llegan los problemas y las
inseguridades, pues no solo tenemos que estudiar más, sino que las relaciones
se van intensificando, este libro es una perfecta prueba de ello. El libro
trata de las relaciones de amigos, de los problemas familiares, los estudios y
el amor. En él nos damos cuenta como las relaciones que tenemos con nuestras
familias pueden influir en nuestra autoestima y forma de ser, como ocurre tanto
con Lena como con Abby, ambas cambiaron por sus situaciones familiares, y se
ayudaron entre ellas. Los amigos siempre estarán ahí para nosotros, pero a
veces también nos pueden forzar a hacer cosas que no queremos, por no querer
ser esa persona que, como Lena dice “No quería ser esa persona que hace de un
grano una montaña”. Sebastian es el amor de Lena, además de su mejor
amigo, pero Lena por temor no le cuenta lo que siente por él, y quizás cuando
se den cuenta ya es demasiado tarde. Y por último, Sebastian también pasa por
un momento difícil porque se da cuenta que no quiere dedicarse al deporte, a
diferencia de lo que su padre quiere para él, y por ello se siente presionado,
igual que muchos de nosotros.
Sinceramente,
este libro es uno de mis favoritos y lo recomendaría a todos los adolescentes,
porque me parece que Lena aprende una lección muy importante, a consecuencia de
sus actos. Siempre dejamos para mañana todo, siempre creemos que mañana
tendremos más tiempo, o que en algún momento lo habrá. Siempre vivimos pensando
en lo que haremos la semana que viene, o esperando con ansias un día en
concreto. Tendemos a vivir en el mañana y autoconvencernos de que el mañana
será mejor. Sin embargo, tras este libro, claramente he aprendido que “el
mañana nunca está garantizado”, y que debemos convertir nuestro hoy, en
el mañana.
Otro de los aspectos más importantes que este libro trata es la toma
de decisiones, y las consecuencias que se derivan de ellas. Los adolescentes
tendemos a pensar que las mayoría de decisiones no son importantes y que si tienen
consecuencias, sólo las sufriremos nosotros. Sin embargo, todas las decisiones
son importantes y que antes no hayan tenido consecuencias, no significa que no
haya la posibilidad de que algo ocurra, y cambie nuestra vida para siempre. Sin
embargo, como la madre de Lena dice “No siempre tomamos las decisiones
correctas. Ni siquiera cuando eres un adulto y se supone que tienes que saber
qué hacer”. En conclusión, las decisiones siempre tienen consecuencias,
y no podemos dejar que estas nos definan, sino debemos aprender a vivir con
ellas, y aprender a ser mejores personas, porque “la vida sigue adelante”.
Es por
ello que lo único que podemos hacer es vivir el hoy como si fuera el mañana,
porque “a ninguno de nosotros se nos promete un mañana” y porque “estamos
vivos ahora”
Reseña realizada por Elena
Vela Buiza, alumna de 1ºBachillerato C
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