Esta semana casi todas las instituciones, personalidades, grandes superficies, empresas, marcas etc se han unido al carro del feminismo. Todos los periódicos dedican alguna sección (para apoyar o machacar); se inventan conceptos por minutos (guay eso del orange "feminismo liberal"...); y hasta mi tienda de café on line me hace una oferta feminista.Mi bandeja está llenaaaa de ofertas feministas. Yo no sé si comprar como en los viejos tiempos y pedir cuarto y mitad de todo. Al mismo tiempo, como la lava de un volcán, con una fuerza inusitada, se desparrama una ola antifeminista llena de mentiras, odio, acusaciones, veneno puro que a veces me hace temblar. Un poco.
Parece que molestamos. Que somos un peligro. Que millones de hombres tiemblan por nuestro acoso, nuestras agresiones sexuales, las palizas que les pegamos, la superioridad que nos da el poder- donde somos mayoría-, el hecho de que ganemos más que ellos... Que les come la impotencia porque no hay manera de que consigan un puesto de responsabilidad. Parece que nos hemos aprovechado demasiado de que siempre hemos llevado las faldas y los hemos dejado recluidos cuidando a la prole y a los abuelos. Que están hartísimos de ser hombres objetos, que los tratemos como a niños chicos y tengamos que explicarles todo porque no dan para más. Están al borde. Y lo entiendo.
Esta vulgar ironía, que no le llega a la suela a la entrada que en tiempos hizo nuestra colaboradora Andrea, es la forma más sutil que tengo de expresar mi absoluto asco ante la situación que estamos viviendo. Sin entrar en detalles, parece que el secreto está en eso del "cuarto y mitad": seamos feministas... pero poco; seamos femeninas... pero no mucho; si hacemos huelga, explícate, pero no des la tabarra; si no la haces, defiéndete,pringá. Convence, justifica, argumenta, lucha... pero no te pases, que vaya monserga. Eso: cuarto y mitad.
No me convencéis quienes os apuntáis al 8M para salir en la foto. Se os nota a la legua quienes os habéis aprendido la frasecita de rigor pero sois más machistas que la santa madre iglesia. Ni os contesto a los don Pelayos y doña Jimenas que parecéis salidos de una caja de mantecados rancios.A todos estos ( y a todas estas, ay qué pena) os lo digo muy claro: va a ser que no. No nos vamos a conformar con el cuarto y mitad. No nos vamos a rendir. Vamos a seguir empujando por todas las mujeres (por vosotras también, qué penita, Jimenas). Y vais a temblar. Esta vez no es ironía.
Mañana haz huelga general, o paro de una hora, o ponte un lazo morado, o vete a manifestarte, o haz huelga de consumo, o lee feminismo, o lo que quieras. Pero no dejes ni por un minuto que nadie decida por ti: Que de eso estamos hablando:de equidad, justicia y Feminismo sin adjetivos.
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