Mientras dure la guerra, última película de Amenábar, recrea los primeros momentos de la Guerra Civil centrándose en la emblemática y controvertida figura de Unamuno. Con una ambientación impecable y unas interpretaciones magníficas, la cinta se presenta como un camino necesario para recrear el final, el famoso enfrentamiento entre Unamuno y Millán Astray un día como hoy hace 83 años. Al margen de las imprecisiones históricas (hay quien confunde película con documental y se rasga las vestiduras porque parece ser que Franco no tenía bigote por entonces...) la película me pareció emocionante y necesaria. Unamuno, solo fiel a sí mismo (si acaso), aparece en toda su humanidad, leal a su propio carácter y víctima también de él. El director, con una intención conciliadora, ha pretendido una equidistancia que no coloca a todos los personajes por igual pero que persigue la reflexión más que el ruido. Es interesante que leáis la entrevista que El Periódico hace al director.
Esta entrada pretende inaugurar una nueva línea en el blog de reseñas de películas, libros o eventos culturales. Queremos compartirlos pero sobre todo queremos vuestras opiniones y aportaciones. Está permitido disentir; es más, queremos que nos llevéis la contraria. Queremos, de esta manera, potenciar el "consumo" cultural y, sobre todo, el espíritu crítico.
Hoy es un día excelente para ver este filme y para que nos digáis lo que habéis vivido.
Yo fui ayer y sentí cierto repelús...
He de decir como salmantino, apasionado de esa época de la historia negra de nuestro país que la película es valiente y que es muy sugerente. Las frases menos categóricas son las más ricas semánticamente. La vida en paz de los españoles es la justificación política de Carmen Polo a una deriva militar que iba a costar tanto horror, exterminio y una herida que va camino de tardar ochenta años de cerrarse en falso . El tic de tirarme de la lengua en labios de Unamuno es otro ejemplo en este caso de contradicción de un estudioso que buscó la verdad, su verdad toda la vida desde los dos lados de la corriente: la fe y la razón que es a su vez fiel reflejo de la dinámica histórica de la Salamanca moderna y de la España de otros tiempos. Amenabar no pontifica las bondades de la República y descubre algunas de las muchas miserias del tiempo de Guerra Civil que sufrió España bajo el poder del alzamiento golpista. Elegir a Unamuno como un espectador contradictorio de tan crucial momento de nuestra historia moderna ha sido una gran aventura. La película merece verse y los marcos elegidos no dejan indiferente a nadie.
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