Harta de realidades, de prisas, de caras de fracaso y abatimiento, hoy necesito más que nunca mentira. Pero mentiras transparentes, de esas que se saben a la legua que son mentiras. Hoy no quiero certezas, soluciones, emprendimiento, tecnología salvadora. Hoy no quiero que me arreglen la vida ni tampoco que me la aplasten. Hoy quiero molinos que sean gigantes; hoy sueño con que alguien comience conmigo el desayuno; daría algo por llamarme Elisa para sentir que Nemoroso muere por encontrarse conmigo en otros prados. Quiero que un poeta de hace más de un siglo se siente a mi lado y me musite al alma. Quiero hacer un trato con Mario. Quiero un terremoto de Aleixandre. Quiero mentiras de amantes de papel. Quiero mentiras que me hagan sobrevivir. Quiero sentir el amor de Safo, de Bécquer incluso, de Neruda, de Omar Jayyam, de Alfonsina, de Dulce.
Quiero hacerme amiga de Gloria Fuertes, que me recuerda que "el corazón de la Tierra tiene hombres que le desgarran"
Quedaos con las cotizaciones, con los presupuestos, con las tertulias, con los imbéciles y los inútiles. Quedaos con la gloria hueca, con la fama comprada, con los desastres que nos vendéis. Quedaos con las soluciones a un euro, con los zapatos de imitación, con el maquillaje que tapa mis arrugas y con los gritos que acallan mi voz.
Hoy es el día de lo inútil, de lo único que nos salva: la poesía. El arte. Yo pienso celebrarlo de la mejor manera que sé: con vino y pasión. Si tienes a un amante a mano, ponlo en el cóctel. Si no, invéntatelo.
Me ha emocionado, profe.
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