Adiós. "La muerte es una trampa", dijiste muy enfadado en una entrevista. Y has caído en ella. Qué injusto que la trampa sea la misma para todos... Porque no todas las muertes son iguales: hay muertes que alivian el mundo, que hacen pensar a la mayoría que un mal bicho se está por fin pudriendo en su tumba; y otras no, como la tuya, que nos hacen sentirnos más solos.
En estos momentos no me consuelo con tu obra. Ya lo han dicho muchos: tus palabras pervivirán por los siglos de los siglos blablabla. No quiero consolarme porque me da rabia y pena y más rabia que te hayas ido. Es una actitud infantil, lo sé, pero hoy no me da la gana ser madura.
Muchos alumnos de 2º de bachillerato han leído y comentado tu Crónica de una muerte anunciada, algunos con más interés, otros vía rincondelvago o similar... Me basta con que uno, solo uno, haya sentido y vivido la historia y paladeado tu escritura. Si eso ha sucedido ha sido magia tuya porque yo no creo que haya conseguido enseñarles nada sobre ti y tu obra.
Adios, García Márquez (yo nunca te he llamado Gabo). Qué jodida trampa la muerte...
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