20 de mayo de 2020

Por el camino

Era viernes. 13. 13 de marzo. Salimos del instituto sin saber muy bien absolutamente nada, salvo que un mal bicho empezaba a asolar el mundo como si de una película sobre la peste medieval se tratara. Han pasado poco más de dos meses pero a mí al menos me parece una eternidad. Tras casi dos meses de confinamiento estamos caminando hacia lo que se ha venido a llamar "nueva normalidad". A veces tengo la sensación de que la "antigua normalidad" no ha existido nunca... 
Durante estos dos meses, hemos vivido mucho a pesar de estar encerradas y encerrados. Cada uno ha vivido su historia personal, pero por las ventanas reales y virtuales hemos visto de todo: desde gestos de solidaridad maravillosas hasta muertes solitarias por centenas; aplausos emocionantes y  y berridos irracionales.
Tengo muy clara una cosa: hemos aprendido mucho. Sin excepción. Para esto es esta entrada ¿Qué has aprendido en este camino que aún no ha terminado? A nivel emocional, personal, familiar, social... Lo que sea. Escribe y comparte. Recréate al pensarlo y al escribirlo.
Yo he aprendido entre otras cosas que mis compañeros y compañeras son dignos de aplauso, que merecen mucho más reconocimiento del que tienen, que han sido (y son) un pilar fundamental en esta crisis.
Y también he aprendido que en general nuestros alumnos y alumnas son merecedores de aplauso. Que han escrito en este blog palabras que me han hecho estremecer. Que son más fuertes de lo que pensaban. Que son importantes en mi vida.
Gracias de nuevo.
Y como siempre, #quédateencasa y cuando salgas #respeta las normas.

38 comentarios:

  1. En esta cuarentena nuestras vidas han cambiado radicamente y eso me ha hecho darme cuenta de la suerte que teníamos antes. Podiamos salir, quedar con nuestros amigos, abrazarnos, besarnos, disfrutar de eventos con grandes aglomeraciones y vivir con tranquilidad. Todo eso ha cambiado. Tenemos muchisimas restricciones y nuestra vida social se ha convertido en 0. Hemos perdido todo aquello que nunca pensabamos que ibamos a perder y ahora lo valoramos mucho más. Nunca pensamos que iba a haber una pandemia y que nuestras vidas se iban a convertir en una pelicula exactamente igual a la de "Contagio".
    Tambíen he aprendido que tenemos mucha suerte de que nuestra sanidad sea pública porque si no, vivir o morir dependería de ti mismo,pagarías por tu vida.
    Otra cosa de la que me he dado cuenta es que ahora más que nunca te das cuenta de qué gente es la que de verdad te quiere, los que desean estar en tu vida y sabes que nunca se van a ir.

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  2. He aprendido mas de mi, he aprendido que mires por donde me mires soy dificil de entender, de controlar, de amansar que mi tono de voz es desagradable para mis padres cosa que no entendí hasta que me puse a chillarle a mi hermana por cogerme una camiseta, Fue una sensación rara porque nunca me había escuchado a mi misma de la manera en la que me escuche. He aprendido a no querer por querer tener algo ,porque lo bonito es tener por Sentirlo de verdad .he aprendido que la humanidad no está tan evolucionada como solemos fardar Y que cualquiera puede Estar en un puesto de trabajo si se lo propone, solo me hizo falta mirar un poco las noticias y escuchar a nuestro “fantástico“ gobierno.
    he aprendido y me dado cuenta de que soy muy fuerte Y nunca me he puesto a prueba, también he aprendido que tengo muy poca fuerza de voluntad y que me gustaría tener más ,supongo que mejoraría más el rendimiento de mi vida.
    Y por último tras haber soñado prácticamente todos los días de esta cuarentena de manera bestial y muy real he aprendido que puede que no esté tan preparada como yo pensaba de lo que me espera hay fuera.
    CLAUDIA ESTEVEZ P

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  3. Dicen que se echa de menos todo cuando te falta; extraño poder coger el coche y decidir que me voy al mar, a respirar aire salino, o que me voy a la montaña, a "trochamonte"; echo de menos dar clases, sí, dar clases; porque la enseñanza telemática es acompañar pero no dar clase; quiero verle la cara a mis "pequeños monstruitos", quejarme porque no paran de moverse, porque me interrumpen, porque no se han duchado, por lo que sea, pero quejarme y mirarles a la cara; no me cuesta estar "confitada", bueno me cuesta "una mijita", porque tengo muchas aficiones, pero, aunque no sea especialmente cariñosa, echo de menos un rocecito.
    Pero también estoy intentando comprender a las personas que habitan en mi país: no me reconozco en ellos; no creí encontrar tanto irresponsable, incumplidor de las normas; me escandaliza que todavía haya gente que no sea consciente del daño que pueden causar incumpliendo normas. Hay muchas personas a las que simplemente les cuesta obedecer y seguir las directrices del que está arriba. Y eso me rebela, me enfada y me irrita. Porque tengo personas en mi entorno que trabajan en la sanidad y que están arriesgando su vida por salvar las vidas de los demás y temo que su sacrificio caiga en saco roto con la panda de impresentables que hacen de su capa un sayo. Por ellos, por los sanitarios, es por los que tenemos que cuidarnos y cuidar de los que nos rodean, para evitar que haya un rebrote y conseguir que ellos vuelvan a sus horarios normales y que no tengan que trabajar en esta situación tan estresante en la que están trabajando ahora.
    No creía yo que fuese a aguantar "confitada" tanto tiempo, y no lo estoy aguantando. Mi ánimo decae y se pone peor cuando ve lo que no están haciendo los demás y que a mí me está costando tanto.
    Mi primera palabra de chica fue "calle". ¿Entienden por qué me está costando?

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  4. El aprendizaje que duro eso,a lo largo de todo este confinamiento he podido aprender a valorar las cosas más pequeñas e insignificante que tenía,no me había dado cuenta de lo bonito que era un simple paseo con cualquier persona con la que te sientas bien,he aprendido a compartir las cosas y he aprendido que la solidaridad en las personas es lo que hace que está cuarentena sea más amena.
    Diego Ferre 4°A

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  5. ese fatídico día 13 de marzo era mi mayoría de edad y jamás pensé que terminaría así.
    pienso y reflexiono sobre la suerte que teníamos y no nos dábamos ni cuenta.
    LIBERTAD, una palabra tan conocida, tan actual y la cual nos han quitado de golpe. estamos viviendo una situación que solo vemos en películas y leemos en libros de historia.
    este camino tan difícil del que aun no hemos salido y del cual nos queda, según mi opinión, lo peor, aún no ha terminado pero a mí personalmente me ha enseñado mucho.
    me he dado cuenta de lo fácil que podemos ayudar al bien común con poco, me ha hecho darme cuenta que a los problemas hay que afrontarlos de frente y que aunque parezca un túnel sin salida la hay, siempre hay una.
    me ha hecho darme cuenta de la suerte que tengo de tener una familia como la mía, a quienes les tengo que agradecer la paciencia estos dos meses... paciencia porque yo desde muy pequeña he estado en la calle, no sabía lo que era estar más de dos días en casa hasta ahora.
    este encerramiento también me ha servido para darme cuenta de la importancia de una clase tú a tú con el profesor, de la suerte que tenemos de poder levantarnos a las 8 de la mañana y disfrutar de los compañeros, de la estabilidad y alegría que da tener una rutina de la que tanto nos quejábamos antes.
    a mí esta cuarentena me ha hecho darme cuenta de todo lo que tenemos que agradecer y valorar, cosa que antes no hacíamos.

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  6. En este tiempo de confinamiento he aprendido más de mi y de los que me rodean. Me he dado cuenta de quien está contigo porque quiere y quien está solo por rutina, conveniencia, si tienes hechos los deberes o por que sabes de que va lo que entra en el examen. He de decir que esto me ha sorprendido bastante, tanto como para bien como para mal. He aprendido a pasar tiempo conmigo misma y me he dado cuenta de que hay veces que ni yo me soporto. Durante las dos primeras semanas tuve tiempo para mí, para relajarme e incluso para viciarme tanto a una serie como para que me haya cambiado la vida, por así decirlo. El resto de días los pasé agobiadisima por la cantidad de deberes, por no saber que va a ser de mi e bachillerato si no me estoy enterando ni de la mitad de cosas que estoy haciendo. He aprendido a no desesperarme cuando mi hermana se aburre y viene a darme por culo, aunque he de reconocer que esto me cuesta muchísimo. Aún no he aprendido a como repartirme el tiempo, a como no agobiarme pensando en como será la vuelta a la "nueva realidad" o como hacer ecuaciones con vectores. Espero que no quede mucho de esto y podamos intentar volver a la "nueva normalidad" pronto.
    Rocio Kaifer Guzmán 4A

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  7. CUARENTENA

    En este tiempo de cuarentena que empezó el 13 de marzo, no me lo esperaba. Debo confesar que al principio pensé que sería muy divertido estar 2 semanas en casa, creí que estaría muy bien con el tiempo libre sin hacer nada, pero me equivoqué, extraño ir a la escuela y hablar con mis amigos y abrazarlos, extraño lo que hacía antes de está cuarentena, pero también con la cuarentena hablé más con lo familia, hubo más comunicación de lo que pensé que habría, supe nuevas anécdotas que tuvieron, o los que yo no recordaba, también entendí un poco sobre sus sentimientos ya que nos aburríamos y no teníamos nada de que hablar así que les dije un poco de como me sentía. Reflexione sobre todo, y lo que más me molesta hoy el día es que no pueda salir y hablar con las personas que extraño, y también me molesta las personas que no respetan la cuarentena, ahora estamos en la primera fase según tengo entendido, y ya están en los bares con sus amigos, no respetan la hora que se puede estar. Y también estoy muy orgullosa de las personas que respetan, apoyan y sienten más empatía, con mi vecina, yo antes no hablaba con ellos, pero en está cuarentena hemos hablado, también hemos compartido comida y recursos, y me pareció muy lindo. Mi día a día desde que empezó la cuarentena es igual, es muy repetitivo. Y me empiezo a aburrir queriendo salir afuera, pero se qué por el bien de los otros me quedaré aquí y la situación no empeore, espero que dentro de poco todo acabe para que puede volver a mi día a día.

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  8. Valorar. Esa sería la palabra para describir todo el aprendizaje que me está suponiendo esta situación. Estoy valorando mucho más algo que antes tenía como costumbre y no sólo más, sino mejor. Hace unas semanas escribía sobre algo parecido, más bien en forma de queja, cómo me sentía y era algo bastante negativo. Leerlo nuevamente y ver cómo han cambiado algunas cosas, es sorprendente, sobretodo porque, aunque nos haya parecido una eternidad, ver cambios así en tan poco tiempo es alucinante. Convivir con las mismas personas día y noche durante muchas semanas y sin poder salir a despejarse y compartir momentos con otras es duro. Quiero centrarme en este tema. En el texto mencionado anteriormente, que escribí hace varias semanas, hablaba de cómo evitaba la conversación y presencia con mi familia, me centraba en intentar hacer todo lo que me mandaban de clase y en hacer deporte, me mantenía ocupada y a lo mío. Personalmente, tengo una situación en la que sólo somos tres en casa y cuando no es una, es la otra y es bastante difícil ponerse de acuerdo. Conforme ha pasado el tiempo, al igual que el desconfinamiento actual, hemos pasado distintas fases. Al principio era algo positivo; pasar tiempo juntas, hablar, etc, claro que eso duró como unos cuatro días. Pasamos directamente a la segunda fase, que desgraciadamente ha durado bastante; esa en la que nos evitamos al completo, con suerte nos vemos para comer y mejor no hablar porque acabamos gritando, una locura total, para qué mentir. Sin embargo, poco a poco y sin darnos cuenta, esas actitudes fueron cambiando, cada una ponía de su parte y tampoco era tan complicado y con alguna ocasión excepcional, hemos llegado a una fase en la que compartimos más momentos, películas, conversaciones…Está todo más calmado, nos escuchamos, no sólo hablando, sino que escuchamos las necesidades de las demás y aunque nos ha llevado semanas, es algo que puede que dure muchísimo más tiempo, o eso espero. Así pues, mi aprendizaje va dirigido a la nueva convivencia con mi familia, de la que he aprendido a escuchar más, tener paciencia y sacarle mucho más humor a todo, es fantástico. En cuanto a nivel personal, la soledad la llevaba bastante bien antes y es algo que no ha cambiado, pasar tiempo con uno mismo es muy importante y dedicárselo intencionada y gustosamente, aún más y sigo en ello. He aprendido a valorar más el tiempo con mi familia, a valorar (aún más) la conversación con mis amigos y mi pareja, a valorar cada rayo de sol que aparece la mi ventana de mi cuarto iluminando mi cama y creando un ambiente de tranquilidad, a valorar cada comida que consumo en el día y los litros de agua que bebo – importante-, a valorar todo de una forma más reflexiva y me ha gustado el cambio. Quizás el COVID era lo que necesitábamos muchos de nosotros para renovar nuestras perspectivas drásticamente, si no lo era, el efecto lo ha tenido por lo menos.

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  9. Beatriz Campos 4ºA21 de mayo de 2020, 11:43

    En este tiempo de CUARENTENA he aprendido más de mí, ya que me ha dado tiempo ha pensar todo lo que había hecho mal y lo que había hecho bien. Pero sobre todo se que soy yo misma, se que he aprendido a organizarme mejor con los estudios, se que también todos los profesores se han organizado lo mejor posible para nosotros, hecho de menos a Leonor, cunado nos decía entrando por las puertas los pasos que vamos a seguir haciendo en esa hora, hay algo especial que no se puede resistir y hace llorar, a todos los profesores que habíamos conocido ese mismo año, que nos han cogido cariño o cuando ya sabían como nos comportábamos y mas o menos nos llevaban por el camino del aprobado. Hecho de menos a nuestra tutora Patricia Caracuel, que es una de las profesoras que siempre estaba encima nuestra, y sigue estando como no JAJAJAJA. En estos dos meses que llevamos confinados hemos tenido muchos sueños como cantar y reír pero con los mejores momentos que hemos pasado en el Instituto. He aprendido a no preocuparme por cosas que no creemos que va a pasar, he aprendido a convivir desde mi balcón con los mejores vecinos que hemos tenido. Me he dado cuenta que un simple (VAMOS A IR A DAR UN PASEO) fuese mejor que decir (NOS VAMOS DE FIESTA) eso se nos queda en el corazón, pero tampoco queremos que el tiempo pare ya que si aprendes a convivir con personas maravillosas, nunca te olvidaras de estos buenos momentos. He aprendido a que si me separo de mi abuelo que es para mi un dios, antes no tenia sentido la vida sin el, pero ahora he aprendido a que hay que vivir y seguir adelante. Esta cuarentena nos ha llevado a los momentos que siempre hemos soñado, como estar con nuestros padres y he aprendido a que cuando estamos todos juntos somos mejor familia. Hecho de menos a todos mis compañeros de la clase de 4ºA aunque en algunos momentos no nos llevábamos bien peor incluso hecho de menos eso. Por una vez que me gustaba mi clase, que llevaba mucho tiempo pidiendo eso... Y por una vez que lo tengo... Pero bueno todos mis compañeros están hay por wasap para lo bueno y para lo malo. No nos olvidemos de lo mas importante que hemos aprendido en este tiempo: Hacer exámenes por Jitsit JJAJAJAJ. Bueno esto siempre nos enseñara algo bueno y algo malo pero siempre nos tendremos que quedar con lo bueno. Espero que el año que viene vivamos los de 4ºA UNA AVENTURA IGUAL DE EMOCIONANTE QUE LA QUE HEMOS VIVIDO CUANDO ESTÁBAMOS TODOS UNIDOS.

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  10. Durante dos meses de confinamiento y Estado de Alarma me han servido para aprender varios aspectos importantes. Antes de que empezara esto no sabíamos, o al menos yo, que era un Estado de Alarma, un Confinamiento o una desescalada. Ahora he aprendido que el Estado de Alarma es el único que permite que las personas se queden en casa y no haya movimientos entre provincias. También he aprendido el papel tan importante que tienen los médicos y los profesores en la sociedad, Y QUE TENEMOS QUE INVERTIR MÁS EN SANIDAD PÚBLICA PARA EVITAR ENFERMEDADES COMO ESTA. Después del confinamiento he aprendido a valorar más los momentos como cuando venia del ensayo con mi padre y no encontrar aparcamiento en la calle.
    LUIS MANUEL PEREIRA BENEYTO 4ºC

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  11. este confinamiento me ha dado mucho que pensar y reflexionar, te das cuenta como tu vida puede cambiar en un solo instante, que vivimos en un futuro impaciente, siempre con la cabeza en otro lado, que pasamos los días esperando a que llegue algo que nos emocione o nos motive, buscando las maneras para poder tenerlo todo, para satisfacernos, pero una vez comienza la pandemia, te das cuenta que el más rico no es al que le sobra de todo, sino a quien menos le falta, me he dado cuenta de que he vivido a base de ser feliz por cosas materiales, o cosas que realmente no me aportan nada, que no me llenan. He aprendido lo realmente feliz que me hace escuchar la voz de esa persona, de poder ver la luz que desprenden sus sonrisas, de esas personas que quiero, he aprendido que quiero ser rica en felicidad, quiero que mi felicidad se alimente de sentir cosas tan simples como llenar el carrete de nuevas fotos, de perderme por la ciudad, de culpar a la alarma de llegar tarde, de esos ataques de risa que no tienen fin, de sonreír de lejos y que me sonrían de vuelta, de ver salir el sol y de bañarme en el mar ,vivir el presente , porque el futuro se construye haciendo cambios en el presente.
    NURIA RODRÍGUEZ BENÍTEZ 2 BACH E

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  12. María de la Fuente, 4ºA22 de mayo de 2020, 12:20

    Nunca olvidaré estos dos últimos meses, y no porque lo haya pasado de lujo ni tampoco por lo contrario; porque sinceramente estos dos meses no he podido tener menos vida social. Afortunadamente yo no he vivido el motivo por el cual hemos estado confinados, ni yo ni ningún familiar o amigo cercano, pero se que han sido tiempos difíciles para todo el mundo, Ha muerto gente, muchas familias destrozadas por culpa de este estúpido virus, y lo peor es que la gente sigue sin concienciarse. Sinceramente no lo entiendo, profundizaría más en este tema pero mejor voy a centrarme en lo positivo.
    Durante este largo periodo me he conocido muchísimo más a mi misma, llegando incluso a decir que ya se quien soy, cosa que antes no sabía. No sabía nada de mi, tampoco me había molestado nunca en descubrirlo, tampoco tuve tiempo. Y precisamente tiempo es de lo que más he dispuesto durante estos meses, y gracias a ello he podido descubrir quien soy.
    Yo, al igual que la mayoría, he aprendido a valorar más esos pequeños momentos que antes creía insignificantes. Ilusa de mi, nunca pensé que esos momentos tan sencillos iban a desaparecer de mi vida, haciéndola mucho más aburrida (y solitaria). Y con ello me refiero a esas tardes que pasaba sentada en cualquier lugar de la calle (ese sitio tan complicado actualmente) hablando con mis amigos, compartiendo nuestros problemas y riéndonos de la más mínima tontería que salía de nuestra boca. Esos abrazos y besos a los que nunca les mostré importancia, ahora son uno de esos pequeños detalles que añoro. También echo muchísimo de menos esas fiestas interminables, llenas de gente, en las que podía tirarme días cantando a todo pulmón, bailando como si no hubiese un mañana y riéndome de las tonterías de mis amigos. Esas fiestas a las que ya no mostraba importancia porque repetía cada fin de semana, y que ahora solo me queda pensar que no las disfruté todo lo que pude y que es posible que no vuelva a vivirlas más (o al menos hasta dentro de mucho tiempo).
    Creo que no soy la única que ha estado todo el año soñando con este verano y planeándolo junto a sus amigos, diciendo que este año sería el mejor de nuestras vidas. Todos lo decían, los 16 será tu mejor año, te irás de fin de curso, te graduaras, conocerás a un montón de personas geniales y harás millones de locuras. ¿Donde ha quedado eso? Lo más emocionante que he vivido en lo que llevamos de año es ver por primera vez a Pedro Sanchez en la tele, y no precisamente para anunciar este maravilloso año ...
    En resumen, me llevo de esta experiencia algo que debí tener presente toda mi vida, valorar más esos "insignificantes" momentos que ahora sueño con volver a vivir.

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  13. Hemos pasado muchos días con demasiado tiempo libre y sin nada que hacer… Y no sé si es bueno o malo, pero soy una persona que pierde el tiempo pensando, recordando momentos, lugares, anécdotas o inventándolas. A veces sin darme cuenta me pongo a reflexionar sobre problemas que realmente no hace falta buscarle solución. Bien porque ya pasó el momento, o bien porque quizá ni siquiera sea un problema. En estos días reflexionando, añorando y recordando, me he dado cuenta de las personas que me han marcado en mi vida, las que me han hecho crecer como persona, las que me hacen sentirme humana, y las personas que ahora mismo necesito que no se vayan porque sin ellas me perdería en este camino que es la vida.
    He aprendido a valorar la importancia de los abrazos, los besos y el contacto humano. Lo sé, me estoy repitiendo, porque todo el mundo lo dice y lo utilizan como marketing en todos los anuncios; pero es que es verdad. Volver a ver a tu amiga a la que llevabas meses sin ver y no poder ni chocar las manos, y cuando esté triste no podrás darle un abrazo para consolarla. Y es que la mayoría de nosotros necesitamos el contacto físico, nos hace sentirnos que por instantes pertenecemos a algo más que lo que somos nosotros mismos, nos hace sentirnos humanos, sentir que vivimos. También he aprendido que los mejores momentos son los que no se planean, las cosas pequeñas y que la vida se mide por instantes. No puedo negar que me he dado cuenta de que hay personas más fuertes y más responsables que otras, pero no quiero hablar de eso.
    Al fin he entendido eso que tanto me repetía mi madre: “Lo importante no es la meta sino el camino”. (Bueno concretamente no me lo decía con esas palabras, pero le da un aire así como filosófico.) Yo solía motivarme pensando en eventos próximos que me harán feliz, pasaba las semanas estudiando y haciendo los proyectos de clase motivada por la fiesta, el viaje, la quedada o el reencuentro con alguien especial en el próximo fin de semana o mes. Pero… ¿Y si esta vez no hay recompensa?, ¿y si esta vez la meta que llevas todo el camino idealizando, ha dejado de existir? Qué bajón, ¿no? Ese viaje de fin de curso, esa graduación, el intercambio a Francia, tu fiesta de cumpleaños, el concierto que llevabas todo el año soñando con ir, en un plis se han esfumado. Te entristece un poco, y más si sabes que tienes que continuar caminando aunque no se celebre el fin del trayecto. Pero… Si le diéramos más importancia al momento que estamos viviendo en este instante y no pensando tanto en el futuro, cuando este no sea como esperábamos, no nos preocupará tanto. Todo esto lo podría resumir en: he aprendido a vivir el presente.

    Sara Valero Domínguez, 4ºA

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  14. Siempre me he considerado una persona que intenta aprovechar este tipo de momentos para conocer, crear, descubrir, crecer como persona...
    Es una oportunidad para encontrarnos a nosotros mismos, y personalmente considero que hay muy pocas oportunidades, ya que por desgracia vivimos en continuo estrés aunque no queramos, por eso debemos aprovecharla.
    Esta cuarentena no sólo me ha enseñado a amar más a los que me rodean, sino que sobre todo me ha enseñado a amarme más a mi misma. Al fin y al cabo soy la persona con la que tengo que convivir el resto de mi vida, así que he aprendido a quererme a mí, para querer a los demás.
    También he aprovechado para hacer eso que tanto quería hacer, para que así después no me queje de que no tenía tiempo, porque si lo tenía. Y esa es otra, he aprendido a aprovechar cada segundo de mi valioso tiempo, algo que antes ni me molestaba en mirar. Siempre hemos estado pendientes a que pase un periodo de tiempo para llegar a una fecha exacta en el que hay un evento que tanto deseas, entonces esperas ansioso a esa fecha y dejas que el tiempo pase sin mirarlo siquiera. No me escondo, yo también lo hacía, y puede que a veces me salga solo, pero hay que aprender a esperar y a agradecer cada segundo que estamos aquí presentes, con los nuestros, porque quizás mañana no estén, o no estemos. Quizás estemos arrancándonos las uñas, la piel, los ojos... con ganas de que esta cuarentena acabe, pero hay que mirarlo por el lado bueno, como todo en esta vida: ¿Cuánto hace que no conversas con los tuyos?, ¿Cuánto hace que no pintas, escribes, bailas?
    ¿Cuanto hace que no te conoces a ti mismx?
    Deberíamos de darnos la oportunidad de crecer como personas, para que el día de mañana podamos superar todo lo que se enfrente a nuestras vidas.

    Aroa López 2 BTO E

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  15. En este camino he aprendido muchas cosas, pero la más importante ha sido reflexionar. He reflexionado sobre la vida, la muerte, la política, la religión, la historia... pero sobre todo sobre las personas.
    Hemos visto y conocido esa parte buena que es admirable, pero también hemos descubierto la parte mala. Porque en todas las personas existen ambas partes.

    Quién habría pensado que algo como esto nos iba a ocurrir. Nosotros con nuestro aire de superioridad pensábamos que estas cosas no nos iban a alcanzar y hasta que no ha llegado a nosotros no hemos empezado a actuar. Luego, el miedo ha empezado a revolvernos y ha llamado a la culpa.

    La culpa.
    Eso a lo que recurrimos constantemente.
    Esas teorías conspirativas, esas miradas de odio, esos gritos de desconfianza. ¿Qué importa ahora todo eso? ¿ Qué es más importante salvar vidas o llevar la razón? Es hora de despertarse y reconocer los errores para poder avanzar. Y lo digo por todos, porque todos tenemos nuestra parte de responsabilidad y hay que ponerse en el lugar de los demás. No es momento para dividirse, sino para unirse.

    Promover el odio nunca es el buen camino y ya deberíamos de haber aprendido de nuestra historia. No podemos olvidar que lo importante ahora es apoyarse los unos a los otros, sacar lo bueno de cada uno, comprender, compartir y valorar lo que tenemos y a quienes nos rodean. Porque el egoísmo nos va arrastrar a algo peor, y por no haber aprendido a compartir vamos a perderlo todo.

    Beatriz Verdugo Campos 2°Bachillerato E

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  16. Helena Fernández Flores 2º BACH E24 de mayo de 2020, 20:11

    ¿Qué he aprendido en esta cuarentena??
    Es muy difícil esa pregunta cuando me resulta muy complicado ponerme a reflexionar desde una TERCERA después de que todo el mundo te tome como el foco de los enfados… pero es que joder… es lo que tiene la convivencia señora, que a veces, la sensación de mierda me absorbe y bueno como soy alguien a quien le cuesta mucho expresar las cosas, al final mi vía de escape acaban siendo las palabras. Esto en concreto no va por nadie y a la vez va por todos, y estos últimos meses no han sido los mejores en muchos aspectos porque la desesperación me corrompe por dentro, y a veces deshacernos de ella duele.
    Es gracioso ver cómo a las personas que más queremos son a las que más dañamos. Bueno, de hecho no es gracioso, es una mierda. Y es que somos peor que el veneno, somos cianúricos esforzándonos en dinamitar aquello que nos costó tanto construir. Que ninguna máscara va protegerme más de tu gas mostaza porque hace ya tiempo que en mis pulmones se ahogan tus misivas de auxilio.
    Así que AUTODESTRUCCIÓNAME, presiona el botón que haga que me inmole y acaba con esto de una vez por todas, porque dañarte no entraba en mis planes y ese efecto secundario no venía en la receta.

    A ver HELENA, mirándolo desde arriba todo, en esta lucha constante contra los elementos te has olvidado del más importante: Tú.

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  17. En esta cuarentena he aprendido lo desconectada que estaba con todo en general, hasta con mi familia...de todo esto he sacado una parte muy positiva en mi vida, he tenido tiempo para hacer cosas nuevas para dedicar más tiempo a mi familia, cosa que necesitaba, he aprendido que sin la colaboración común no conseguimos nada esto es o todos nos responsabilizamos o no avanzaremos nunca. Esta situación ha concienciado a todo el mundo de una manera o de otra pero estoy segura de que todos hemos podido aprender algo de ella.
    Adriana Manchado 1Bach Artes

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  18. Francisco Javier Jiménez Martínez25 de mayo de 2020, 12:51

    El camino del aprendizaje.

    Llevamos más de dos meses de confinamiento. Desde el 13 de marzo. Sí. Dos meses. A raíz de esto, nuestras vidas han cambiado totalmente. No me cabe la menor duda. En este confinamiento, para algunos ha sido una cárcel, para otros una plena tranquilidad. No obstante, no podemos olvidar a las personas que lo han pasado tan mal, tanto en salud como en economía. Pero, lo que sí hemos podido hacer estos meses es pensar. Pensar. Mucho. Y se saca una multitud de conclusiones.

    En mi lugar, y puedo asegurar sin equivocarme, que todos los alumnos y profesores hemos tenido poco tiempo para pensar. Pero, lo hemos hecho. Seguro. Por consiguiente, te das cuenta de la gran cantidad de cosas que te has perdido. Un paseo, un simple abrazo, el calor de tu familia, de tus abuelos, de tus padres... Se ha perdido todo, y ojalá llegue pronto. Todo esto lo hemos vivido, pero ya estamos volviendo poco a poco a la “nueva normalidad”. Ese paseo tan insignificante en nuestras antiguas vidas, ahora supone un lujo. O un simple abrazo de tus allegados, también. ¿Por qué? Este encarcelamiento, nos ha enseñado a eso, a apreciar las pequeñas cosas. Porque por muy pequeñas, por microscópicas que sean, siempre hay una gran felicidad y admiración en ellas.

    Ahora, valoramos más las cosas. Estoy seguro. Ya nos da igual un teléfono móvil de mil euros, un ordenador de dos mil. Las contiendas con nuestros padres por comprar el último teléfono móvil, de última generación. Ahora, valoramos otras cosas citadas anteriormente. Por desgracia, llegará un día, que estas valoraciones, finalizarán. Y volveremos a esos altercados con los padres. Que con el sudor de su frente se han ganado el sueldo que tanto les cuesta visualizar, para comprarte a ti el mejor móvil del mercado e ir vacilando a tus amigos de esto. ¿Se acabará? Yo creo que sí.

    Por último, no me gustaría despedirme sin antes enfatizar en una cuestión de vital importancia. Espero y deseo que estas pequeñas cosas que llenan de felicidad a todas las familias y personas no desaparezcan. Cuando todo vuelva a la normalidad, que ojalá sea lo más pronto posible, perderemos las nuevas costumbres. Un abrazo, un paseo, una visita a casa de tus abuelos o un “te quiero” a tus padres, todo esto, nos parecerá una necedad o una estulticia, por desgracia. Obviamente, esta pandemia no se olvidará. Siempre quedará anclado en nuestra mente. Pero, lo que no hay que olvidar es lo expuesto anteriormente.


    Ya queda menos, aguantad. Por ti, por mí, por todos y todas. Quédate en casa. Ya mismo podremos disfrutar de esas salidas apetecibles, sin olvidar nunca a tantos fallecidos en esta pandemia. No podemos permitirnos una recaída, nuevos fallecidos. Unidos lo venceremos.


    Francisco Javier Jiménez Martínez 1º Bachillerato C.

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  19. El 13 de marzo fue un día atípico, pues como dije en clase, tenía la sensación de estar viviendo el último día de clase, a lo que todos nos reímos y en un primer momento, nos alegramos por haber aplazado los exámenes… qué inocentes nosotros!

    A partir de ese día, dejamos de ser egoístas, pues llevábamos meses mirando hacia el gigante asiático desde la lejanía y la ignorancia, pensando que lo que allí estaba ocurriendo no llegaría a nuestras ciudades, que nunca tendríamos que encerrarnos en nuestras casas porque un virus letal al que no vemos y tenemos menos idea de combatir estaba tras nuestras puertas. Ni nos imaginábamos que para ir al supermercado del pueblo íbamos a tener que añadir a nuestro outfit, la nueva tendencia 2020: mascarilla, guantes, gel desinfectante y distancia social.
    O que podíamos salvar vidas y ser unos verdaderos héroes tan solo con quedarnos en casa. Para nada pensamos que tendríamos toque de queda y que las calles se convertirían en escenas dignas de películas apocalípticas. Y ni en nuestras peores pesadillas hubiéramos pensado que las vidas de la generación más querida estarían amenazadas y que nosotros no pudiéramos siquiera darles la mano, abrazarlos o verlos.

    Por todo esto, encerrados en nuestras casas y con una situación incierta tras nuestras puertas nos hemos dedicado a pensar y reflexionar sobre diferentes situaciones y en mi caso, sobre nosotros mismos, cuando no estábamos haciendo retos con el codiciado papel higiénico, u horneando el pan casero.

    Personalmente, esta situación me ha enseñado a valorar mucho más lo que tengo, y no me refiero a tener un patio, sino al cariño que tengo de quienes me rodean, de mis amigos y de mi familia. Por esto, me he dado cuenta de que necesitábamos hacer una pausa a la rutina para agradecer cada mañana nuestra vida, que tenemos un cuerpo donde sentir, y una mente donde imaginar, y lo más importante, darle el verdadero valor que merece a cada cosa.

    Llevábamos mucho tiempo corriendo hacia ningún lugar, y ahora hemos frenado en seco, con lo que hemos conseguido replantearnos si el camino que estamos siguiendo es el correcto y nos hemos plantado tomar nuevas direcciones.

    Gracias a esto, he entendido el sentido de la famosa reflexión: “No cuentes los días. Haz que cada día cuente”.


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  20. Valorar

    Que nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, ¿eh? pues sí.
    Llegar a la clase todos los días y ver las caras de dormidos de mis compañeros, poder hacer mil millones de preguntas de lo que dicen los profesores, reírnos de cualquier tontería, quejarnos del frío, de la calor y de todo lo que se nos ocurriera. Echo de menos la rutina, también esa en la que cada dos fines de semana me tocaba hacer las maletas para ese viaje de 2h en coche que tanta pereza me daba pero tanta ilusión me hacía a la vez, porque podía llegar a casa de mis abuelos, revolearlo todo darles un abrazo e irme con mis amigos, algo que era tan normal se ha vuelto un sueño muy lejano, el miedo de no poder verles hasta vete a saber cuándo y que el día que lo haga no poder tocarles... Es algo que me agobia.
    Mis playas, mis locuras de verano de no dormir por las noches e ir a las 6 de la mañana andando hasta ellas.
    El coger veinte autobuses y andar 18km todos los días, cosas tan normales para mi y tan difíciles ahora.
    Y esto que nos ha pasado es como un trabajo en grupo (cosa que a mi nunca me ha gustado) ya que mi nota depende de los demás y si alguien no sigue las normas me influye, y muchos no saben trabajar en grupo.
    64 días sin salir y me he dado cuenta de que muchos no sabían estar con ellos mismos, pero yo sí y es algo de lo que me enorgullezco.
    La cuarentena me ha dado a alguien, alguien que no me esperaba nada y que ha sido eso que yo creía imposible, me ha abierto los ojos y me ha hecho darme cuenta de otras muchas cosas, por fin, de tantos golpes que me daba y aun doliendo daba mas fuerte, mi cabeza hizo click y pude decir adiós.
    Que de cada cicatriz, una valiosa lección y de todo lo malo se saca algo bueno.

    Paola Rivera Torés, 4ºB

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  21. Era viernes 13, tenía un examen el lunes siguiente y anunciaron que las próximas 2 semanas no habría clase. De primeras me alegré, no me tendría que estudiar el tema ni hacer los deberes y podría pasar más tiempo con mi familia y amigos. Me pase la tarde entera imaginando la de cosas que podría hacer ahora que tenía tiempo. Aunque ya llevamos casi 10 semanas no he hecho ni la mitad. El tema nunca me lo llegué a aprender pero ahora sé muchas cosas más importantes.

    He aprendido sobretodo a valorar, lo que tengo y lo que tenía. ¿Echo de menos salir? pues claro, como todo el mundo, aunque creo que no es exactamente eso lo que añoro. Claro que me gustaría poder ir de compras, al cine o pasar la tarde en el parque pero lo importante de salir no es a dónde, cuándo o para qué es con quién. No me importaría pasar seis meses más sin poder ir al cine pero sé que no aguantaría tanto tiempo sin poder abrazar a la gente que quiero, a mi familia o a mis amigos. Ahora sé lo que es echar de menos, es verdad lo que me decía mi madre, no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. Creo que si sabía lo que tenía pero nunca pensé que podría perderlo.

    A veces intento estudiar pero me embobo, empiezo a mirar a la nada y pienso que hubiera pasado si todo siguiera como antes. Pues a estas alturas estaría corriendo porque tendría ocho exámenes y cuatro trabajos por semana, estaría agobiadísima. Eso me hace pensar que todo tiene un lado bueno, no digo que lo bueno de esto sea que no tengo que estudiar sino que ahora se que lo verdaderamente importante no se aprende empollandose los libros, lo sabemos gracias a las esperiencias vividas. Y esta ha sido y sigue siendo una gran esperiencia para aprender.

    En resumen he aprendido a valorar las cosas que tengo, a echar de menos a las personas no a las cosas y sobre todo he aprendido a aprender.

    Lucía Martín Oliva, 4ºB

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  22. Estos últimos han sido quizás los meses más duros de mi vida. Desde que el día 12 informaban en el telediario que los centros de enseñanza cerrarían debido a la situación, yo ya sabía que durante un período de tiempo nuestra vida no volvería a ser la misma. El día trece fuí al instituto con la sensación de que sería nuestro último día allí, hasta después de las vacaciones de verano. Salí al instituto conmocionada por la situación, por que creo que intuía en parte lo que se nos venía encima.

    Si bien era capaz de vislumbrar en cierta manera lo que venía, y sabía que los meses que estuviéramos confinados no serían fáciles, en ningún momento llegué a pensar en el después, en cuando volviéramos a salir a la calle. Y nunca podría haberme imaginado lo que estamos viviendo.

    En estos dos meses que hemos estado confinados me he dado cuenta de muchas cosas. En primer lugar, me he dado cuenta de que los planes no sirven para nada, pues en cualquier momento puede ocurrir algo que nos impidan realizarlos. Como posiblemente nos haya ocurrido a la mayoría, teníamos multitud de expectativas y planes para la primavera y el verano de 2020, sin embargo estos han sido destruidos. Es por ello, que he aprendido a centrarme más en el momento, en el ahora, y no vivir esperando una fecha que quizás no llegue.

    Otras de las cosas que me he dado cuenta es de que no valoramos las cosas para nada, creemos que lo hacemos pero no es así. Nuestra vida diaria se basa en quejarnos por todo, y enfadarse por tonterías que no merecen siquiera un segundo de nuestra atención. Me he dado cuenta de que me quejaba de ciertas situaciones y lugares que ahora echo demasiado de menos, y de los cuales no me volveré a quejar si tengo la oportunidad de ir.

    En definitiva, esta cuarentena me ha servido para valorar más la vida que nos han brindado, pues no todo el mundo corre la misma suerte. Pero más importante, de vivir al máximo y disfrutar cada momento por insignificante que sea, pues no podemos saber cuándo podremos vivirlo de nuevo.

    Elena Vela Buiza 1ºBachillerato C

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  23. Larissa Samudio Avalos 4ºA27 de mayo de 2020, 20:06

    Creo que no exagero al decir que esto que hemos vivido nos venía muy grande a todos (no hace falta más que ver a nuestros "gobernantes").
    Una de las cosas que más me aprendido a valorar y a lo que me he tenido que adaptar creo que ha sido el deporte. O como yo lo llamo "El gym en casa". Teniendo en cuenta que la mayoría de las personas pasábamos las 24 horas del día encerrados en casa y comíamos entre horas por simple aburrimiento. Además de no poder salir a dar un simple paseo (antes claro, ahora menos mal que ya podemos). Aunque he de decir que no me he mantenido siempre así de activa, ya que, obviamente no faltaban esos días en los que me agotaba hasta respirar, já, como para ponerme a hacer deporte.
    Pero lo que me he repetido durante toda esta cuarentena ha sido sin duda "No volveré a decir que NO a una quedada". Confieso que la mayoría de las lloraditas tontas que eché fue por lo mucho que echaba de menos a mis amigos. Porque eso de pasar de ver sus caras de sueño todos los días a solo poder admirarles con templanza a través de una pantalla ha sido de las cosas más duras que he soportado.
    Por otra parte, me pareció precioso el acto de los aplausos. Y en mi opinión, me sigue pareciendo poco teniendo en cuenta todo lo que han hecho por nosotros estos meses sanitarios, trasportistas, reponedores, repartidores... Aunque, si vamos a ser sinceros, es obvio que la cuarentena nos ha provocado a todos muchos cambios de humor, y en esos días de 0 energía que he mencionado antes, he de admitir que no todos los días salí a aplaudir fuera (y claro que me arrepiento).
    También tengo que agradecer a todos los profesores que han estado pendientes de nosotros y en que nos sea más ameno este "aprendizaje en casa". Y también pedir perdón y arrepentirme por todas esas veces que me quejaba porque no me corrigiesen algún trabajo al que le dediqué mucho tiempo sin llegar a pensar que ellos también se están sobreesforzando y tienen más clases, alumnos...
    Un dato que me parece insignificante pero que se tiene poco en cuenta es que espero que esto sirva de una vez por todas para entender que no se puede recortar en ciencia y sanidad.
    Por último, aunque no sea mi caso, me parece importante destacar. La importancia y el valor que hay que darle a esas reuniones familiares que antes creíamos taaaan insoportables. Conozco a muchos amigos que lloraron la muerte de algún familiar cercano (y encima sin la oportunidad de poder despedirse) o por no poder verlos en mucho tiempo. Por eso lo entiendo y lo admiro.
    Sin duda han sido los momentos más duros de este año. La mente al igual que a mi, a muchos nos ha jugado una mala pasada, con todos esos cambios de humor, lloreras, ataques de ansiedad... Y si a alguien tengo que aplaudir hoy, creo que sería a mi familia. Que se merecen un record Guiness por soportarme estos dos meses.
    Pero indudablemente también, esto nos hará más grandes y fuertes.

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  24. ¿Qué hemos aprendido? ¿Qué sacamos de positivo de esta situación?
    Sinceramente puedo mencionar mil cosas y todas son realmente importantes.

    Como ya dije en otro comentario, he aprendido a ser más persona, es decir, a vivir sin prisa, a disfrutar y valorar cada momento, valorar detalles que dábamos por hecho, a dedicarme tiempo, a conocer nuevos hobbies, a disfrutar tardes jugando y charlando en familia porque esta cuarentena me ha hecho estar más cerca de mis seres queridos.

    Pero entre todas las cosas que he aprendido, la que destaco es que ahora valoro realmente cualquier momento en compañía de amigos, familia y pareja vividos y desde ahora aprovecharé realmente el tiempo al lado de todas esas personas que hacen de mis días algo increíble, así que disfrutaré, sonreiré, sentiré, amaré y viviré al máximo.

    -Tokio

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  25. Las cosas pequeñitas.

    Pienso que he aprendido mucho durante esta cuarentena, que estamos encerrados desde el día 13 de Marzo. Más de dos meses. Cuando vuelva a la "nueva normalidad" todos nosotros vamos a cambiar nuestra forma de vida. Una de las cosas que he aprendido durante este estado de alarma es que hay que disfrutar de la vida, hasta de las cosas pequeñitas (como dice la canción). Ahora me estaréis preguntando "¿Qué son las cosas pequeñitas?" Muy sencillo. Las cosas pequeñitas son las cosas que "no tienen importancia", como un beso o un abrazo hacia tu madre, tu padre, tus abuelos... Aunque tú lo veas de esa manera, para ellos es muy importante.

    Otra cosa que he aplicado es que NUNCA hay que ser egoísta, porque estamos viendo en la calle sin mascarilla y sin respetar la distancia social. En vez de escuchar a nuestros sanitarios, que se están dejando la piel para que se acabe esto, nos estamos pasando los consejos por ahí. Al principio de todo esto era la invasión del papel higiénico y ahora será la invasión en el Corte Inglés.

    Antes de despedirme me gustaría decir que espero veros pronto, que vuestras familias estén muy bien y recordad siempre que las cosas pequeñitas se llenen de felicidad para todas vuestras familias y volveremos a dar abrazos, besos... Esta pandemia quedará en el libro de historia dentro de 5 o 10 años.

    Por favor, vamos a ser responsables. Vamos a hacerlo por las más de 25.000 o más fallecidos (porque no sabemos cuáles son los datos reales que nos dan nuestro "gobierno"). QUÉDATE EN CASA. Un abrazo a todos.

    Carlos Ruiz Morales. 1º Bachillerato C.

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  26. Recuerdo.
    Recuerdo esa tarde del 12 de marzo, todos mis compañeros pegados al grupo de clase esperando con ansias que nos dijeran que no tendríamos que ir a clase las dos próximas semanas, que nos perderíamos los exámenes que tanto dolor de cabeza nos estaban causando y aun así pensando que podríamos estar en la calle sin ser conscientes de lo que le venían al mundo encima.
    Recuerdo ese mediodía de camino a casa sin saber que iba ser el último paseo sin tener que guardar distancia entre nuestros amigos a los que no veríamos en los 2 próximos meses, recuerdo y pienso. Pienso en lo que no valorábamos, lo que teníamos y descuidábamos, lo que rechazábamos por quedarnos en casa y lo que daríamos ahora por esas tardes infinitas llenas de abrazos y besos con tus amigos a las que antes denominabas como una tarde de la más aburrida.
    Y es entonces, cuando me doy cuenta lo que me ha enseñado este confinamiento, y es que estos duros meses me han enseñado a valorar lo que la vida nos pone por delante, a apreciar los más mínimos detalles, a querer con más fuerzas que nunca, a saber que la distancia une y no separa, a que echar de menos es algo tan bonito como horrible, a saber lo que puedo llegar a valer y lo que vale la gente que me rodea , he aprendido a adaptarme a lo que de un día para otro puede cambiar mi rutina y mi vida, además he podido saber quienes van a estar siempre y quienes no.
    Y también he aprendido de la gente, de las buenas personas que se han dejado la piel por los demás, que se han jugado su vida por salvar la de otros, y que no han juzgado a nada ni a nadie.
    Pero también me he dado cuenta de que nuestro país, en vez de unirse se ha separado, no se ha apoyado y el pueblo se han enfurecido contra quien no piensa como él, como si se tratara de una guerra en vez de una pandemia, y a raíz de esto he aprendido que hay que respetar, no solo al que no piensa como tú, sino a los que se han dejado la piel por ti, al que a pesar de tus acciones no ha mirado para otro lado cuando lo necesitabas y a quienes se han ido para siempre y lo que menos querrían es que esta situación solo se disparara el odio que teníamos acumulado.
    En definitiva he aprendido muchas cosas, pero sobre todo, como he dicho antes a valorar, a querer y aprovechar cada instante que la vida nos da.


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  27. Está claro que si ese 13 de marzo hubiéramos sabido que no íbamos a ver a nuestros compañeros, profesores, amigos (etc) en 2 meses, mi despedida hubiera sido de otra manera, pero claro, eso nadie lo sabía, y aunque parezca increíble, seguimos sin saber lo que nos va a deparar el destino.
    Está situación nos queda grande a todos; la mayoría de España sigue sin ser consciente de la situación crítica. Miramos atrás y nos damos cuenta lo poco que hemos valorado todo, momentos, situaciones, que en el día a día no significaban nada, y ahora tanto las echamos de menos: un abrazo de tu abuela, un encuentro inesperado con tus amigos, fiestas, comidas familiares... También nos damos cuenta de las personas que de verdad se interesan por nosotros, las que nos han dedicado un tiempo, las que demuestran que les importamos.
    El encuentro familiar ya no es lo mismo, se ha perdido la esencia; este confinamiento ha unido a la familia, al menos en mi caso. Poco a poco se va viendo la luz al final del túnel, los cambios de fase son importantes, pero que esto esté avanzando no significa que se nos vaya la cabeza. Debemos seguir respetando las normas, siendo responsables y acordándonos de todos esas personas que ya han caído, porque aunque no nos haya tocado cercanamente, no significa nada. Es increíble lo que la distancia ha unido a la gente. La capacidad del ser humano de adaptarse a todo.
    Veo al país separado, no hay unión entre los ciudadanos, y es más creo que va a ir a más. El respeto y la libertad de expresión de cada uno, son dos factores importantes a la hora de sacar el país adelante. En cambio, debemos de estar bien orgullosos de nuestros sanitarios, han ejercido una labor importante para acabar con la pandemia, jugándose la vida a diario, para salvarnos a nosotros. Muchos de ellos ya han caído, pero han fallecido siendo héroes.
    En cuanto al tema estudios, es lo que más complicado veo. Es una situación extraña, difícil para todos, alumnos y profesores, en el que nos estamos esforzando lo máximo posible para normalizar la situación, aunque creo es imposible.
    En definitiva he aprendido muchas cosas, querer, valorar y aprovechar más el tiempo, porque la vida es solo una.
    Y por último lo más importante, espero que todos estéis bien, que salgamos de esto lo antes posible.

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  28. Álvaro Orts Baena29 de mayo de 2020, 21:28

    Con la presión incesante del confinamiento, ha salido a flote, en medio de este océano agitado, una enseñanza: he aprendido lo que verdaderamente es vivir. Una vida plena se caracteriza por tener ilusión a cada instante. Pues bien, esta ilusión se consigue no planificando demasiado la vida; debes levantarte deseando saber qué es lo realizarás en el día. Hay que intentar alejarse de las numerosas imposiciones (hacer cosas que realmente no quieres hacer) y sustituirlas por esos breves y volátiles elementos que te alegran la existencia. Te aseguro que una cita con el Sol, una caricia del viento, una mirada, una sonrisa, etc, te pueden complacer. En definitiva, he aprendido que la vida, cual playa mediterránea, debería estar compuesta de multitud de diminutos granos de arena, los cuales son siempre menos ponderados, inmerecidamente.

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  29. MONTAÑA RUSA.

    Creo que durante la cuarentena hemos aprendido un montón de cosas. Me he dado cuenta de lo importante que es saber cómo te sientes en cada momento porque es necesario desahogarte y expresar lo que sientes y como lo sientes.

    Todo el proceso de cuarentena se resume en una montaña rusa de emociones. La monotonía de los días cansa y de repente necesitas hacer algo diferente, porque quieres probar y hacer cosas nuevas. Y te invade el deseo de aprender, lo cual quiero seguir haciendo. He aprendido a valorar más las cosas y a ver otros puntos de vista.


    Refugiarte en lo que amas hacer y hacerlo por tu bien, porque quieres, es de las mejores sensaciones que he podido experimentar



    Alba del Carmen Molina Garrido 4B

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  30. Después de más de dos meses de confinamiento transcurridos, hemos tenido que aprender a lidiar con nuestras familias tanto tiempo y, lo más difícil, lidiar con nosotros mismos. Me he dado cuenta que entre cuatro paredes puedes hacer muchas cosas, pero que ninguna se compara con estar paseando con tus amigos por la calle o sentarte en un banco a comer pipas mientras hablas de tonterías con alguien.
    Cuando fui a dar un paseo con uno de mis amigos, no me lo podía creer. No me hacía a la idea de tener a alguien a mi lado que no fuera de mi familia. Además, fuimos a ver a otra amiga, que cuando nos vio, lloró. Ahí lo entendí lo todo: tener un móvil de alta gama o ropa de una determinada marca no importa nada en momentos como estos. Lo que de verdad se echa de menos es el contacto humano, las cosas a las que antes no les dábamos importancia.
    Ojalá pueda ver pronto a mis familiares de otras comunidades y tenerlos entre mis brazos.
    María Navarro Garrido 1bach c

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  33. ¿La casa una cárcel? No, un lugar habilitado para el desarrollo de múltiples acciones. Hemos convertido nuestros hogares en escuelas, gimnasios, centros médicos improvisados, etc. Pero, lo más importante, es que no han dejado de ser hogares. Y, por supuesto, un hogar no es nada sin una familia, con la cual aprovechar cada instante.

    Durante este confinamiento, he aprendido a alejarme del pensamiento materialista que, hasta ahora, tenía de la sociedad. Por lo tanto, se puede decir que lo he abandonado por el idealismo, con el fin de aprovechar cada pequeño momento vivido con mi familia durante esta clausura.

    Sin embargo, tengo miedo de volver a mi anterior forma de pensar, pues como decía Sigmund Freud, el ser humano actúa por repetición. Y, si llevo siendo así durante años, ¿cómo puedo pensar que por un mero "encerramiento" puedo cambiar?

    José Luis Campos Sosa 1° Bach C

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  34. Lo más importante que tenemos y lo que más valoro, y sin embargo, me he dado cuenta de las muchas cosas que desconocía de ella... Somos una familia de mujeres, fuertes e increíbles, cada una a su manera, y me siento muy orgullosa de poder decir que he aprovechado cada minuto de este confinamiento con ellas; he aprendido a valorar cada detalle, cada sonrisa, cada historia, cada comida con su compañía, etc...
    Sin duda, a pesar de que yo siempre he valorado todo lo que he tenido, lo que más me ha hecho pensar ha sido la importancia y el valor de la familia.

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  35. Bajo mi opinión, esta claro que si para algo nos ha servido todo esto es para aprender mucho. Personalmente he aprendido a valorar más a mi familia y a darle en el momento los besos y abrazos que se merecen porque no sabes si mañana de los vas a poder dar. También he aprendido que si algo se nos da bien es ayudar a los demás y que en las situaciones difíciles es cuando realmente todo el mundo se une y apoya sobre todo si es con un fin común. He aprendido que si queremos, podemos y que a pesar de nuestras diferencias si hay que estar unidos, se está.

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  36. Valetina Rojas 2BTOE5 de junio de 2020, 12:11

    En estos 2 meses de encarcelamiento he aprendido a desempolvar viejos sueños.

    Con esta pandemia me he enfrentado a la noción del tiempo, me he replanteado no solo una si no que varias que es lo que realmente quiero estudiar, ¿valdría la pena? , ¿si escogiera lo que quiere que me convierta mi madre, ella estaría realmente feliz por seguir sus sueños y no los míos?. La caminata sin un rumbo siempre he ha ayudado a pensar pero ahora he recurrido a nuevos métodos en lo que realmente me ha ayudado a decidir, a revivir mis propios sueños sin embargo no dejo de preguntarme de que ¿si ella se pondría feliz por mi por el camino que he decidido?. Aun sigo preocupándome un poco por esa cuestión sin embargo estoy decidida en no poner esos sueños en una caja del rincón acumulándose por años sin embargo tengo miedo de que por alguna situación me obligue a cometer ese acto y pierda esta gran determinación.

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  37. Sinceramente estos meses entre la cuarentena o más que una cuarentena,y las fases que tenemos que pasar y las que ya hemos pasado,tal vez o tal vez no,a más de uno les haya hecho ponerse en el lugar del otro ese otro que nos ha importado por el bienestar de todas y todos.
    Aquellos que no pudieron seguir y aquellos por los que se expusieron a esta batalla del virus,de la que todos fuimos participes,TODOS Y TODAS se merecen un aplauso,un agradecimiento y un abrazo de ánimos inmensos.
    Ahora bien,¿Que tan importante es sentirnos vivos?Para mi sentirme viva es observar a los demás,verles reír,aún no consigo saber hablar y expresar mis palabras a menos que conozca de mucho una persona,y eso es para mi algo que me pone triste porque siento que me estoy fallando a mi misma,lo crean o no.Decir,hablar y coger confianza en este mundo es agotador porque siempre te bombardean de cosas malas.
    Por ese motivo,yo a partir de este momento que hemos vivido,voy a ser esa persona que ven lo bueno en lo malo.No merece la pena rodear tus pensamientos de sentimientos,emociones y sensaciones que al final del día no puedes controlar.

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  38. Después de estos dos meses de confinamiento, he tenido mucho tiempo para reflexionar algunos aspectos en mi vida, en concreto, lo verdaderamente importante en esta vida. Porque cuando no puedes ver a tus seres queridos y ni siquiera poderles dar alguna muestra de cariño, en ese momento te das cuenta de lo valiosas y de lo felices que te pueden hacer ser esas personas que tú más quieres.
    Por otro lado, yo considero que siempre hay que mirar el lado positivo de las cosas o de cualquier adversidad, y de todo esto, yo puedo decir que he hecho ciertas cosas con mi familia que seguramente jamás llegaría a hacer si no hubiera pasado esta pandemia. Sinceramente, yo pienso que este confinamiento ha unido a muchas familias en todo el mundo y lo ha hecho para bien y no solo a las familias sino a todo un país con esos aplausos por todas esas personas que nos han ayudado tanto en estos momentos de confusión y en esos minutos de silencio en memoria de todos los fallecidos. También, he aprendido a valorar más la vida de uno mismo, debido a la gran cantidad de muertos que ha habido durante estos meses. Y que sobre todo hay que aprovechar esos pequeños momentos que nos ofrece la vida porque no sabemos cuándo va a ser el último momento que tengamos.
    Eso es todo lo que he podido reflexionar durante esta cuarentena y después de todo esto intentaremos disfrutar de esta nueva normalidad.

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