19 de junio de 2014

Victoria: In Memoriam

Ha sido un curso luctuoso.  Hemos sentido cómo los zarpazos de la muerte han  sacudido a compañeras y compañeros que han perdido a sus seres más queridos; los hemos acompañado en su dolor y hemos querido consolarlos con nuestra cercanía y nuestro cariño;  pero  la terrible noticia de hoy nos ha paralizado a todos: Victoria nos ha dejado para siempre. La cada vez más prolongada ausencia de nuestra Jefa de Estudios en su despacho y el halo de misterio que la envolvía  nos hacían presagiar que algo no iba bien, pero a nadie se le pasaba por la cabeza este fatal desenlace.
    Victoria se ha ido como la hemos conocido: con discreción, con entereza, con energía, con valentía, incluso con ese desplante que caracteriza a las personas que no regalan el oído a nadie. No quiso que nadie supiera de su enfermedad repentina y fulminante;  exigió,  manu militari,  a sus más allegados que todo se condujera en la más estricta intimidad, porque estoy seguro de que ella odiaba  tanto el sufrimiento que se negaba a hacerlo extensivo a los demás.  Victoria amaba la vida por encima de todas las cosas; amaba este desdichado planeta en el que sobrevivimos y procuraba transmitir  a sus alumnos  su entusiasmo por la ecología y la conservación del medio ambiente; me consta que en sus clases se sentía a gusto y que con los alumnos se mostraba afectuosa y cercana y ponía todos los medios a su alcance para que terminaran superando la asignatura. Más de una vez nos ha conminado desde la Jefatura de Estudios a considerar otros aspectos no estrictamente cognitivos a la hora de evaluar a nuestros alumnos.  Puede que algunos  compañeros hayamos  percibido más, sobre todo en los últimos tiempos, la dureza de su carácter que la vitalidad y la ternura que reservaba para sus seres queridos. Quizá el ejercicio de su cargo lo exigía así o  tal vez su concepto íntegro de las cosas que le ha llevado siempre a no hacer concesiones a la galería. Síntoma de todo esto era su forma de vestir,  personalísima y rompedora, colorista y vital, que  a veces chocaba con esa aparente dureza de carácter.
    Su muerte inesperada en pleno final de curso supone un  aldabonazo  a nuestras conciencias, una última admonición  de nuestra Jefa de Estudios  para que consideremos que la vida es un milagro fugaz, un ictu  oculi al que frecuentemente rodeamos de complicaciones innecesarias, de juicios sumarísimos, de despropósitos sin sentido.  Su ausencia será un cruel desafío para su familia y para sus amigos.
Hasta siempre, querida  jefa.  
Hipólito, en nombre de todos tus compañeros y compañeras.

Victoria Mena: In memoriam on PhotoPeach

5 comentarios:

  1. Muchas gracias, Hipólito y Leonor.
    Me gustaría desde aquí mostrar mi gratitud y admiración a Hipólito, tras la emoción al leer sus palabras, que tan bien han sabido reflejar el tremendo 'jarro de agua fría' que la muerte de Victoria ha supuesto para todos; desde los advenedizos y circunstanciales como yo que he tenido el gusto de conocerla, aunque poco, pero he podido estimar su trabajo y seriedad, a veces envoltorio de un carácter entrañable y comprometido con la docencia, corroborado por las lágrimas que he podido ver, sin duda en muchos alumnos. Hasta sus compañeros de muchos años, de los que algunos no podían articular palabras que explicaran el absurdo de un desenlace brutal y repentino que nos recuerda que "la vida es un milagro fugaz", en palabras de Hipólito, que a veces nos empeñamos en enturbiarlo con banalidades sin sentido.
    Me uno, desde aquí al sentimiento de desconsuelo de su familia, amigos, compañeros y alumnos que la conocieron y estimarón, y no paro de emocionarme con el maravilloso montaje de Leonor, que nos permite recordarla jovial y disfrutando con sus alumnos y amigos.
    Muchas gracias,
    Ricardo.

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  2. Gracias, queridos compañeros, por ponerle palabras e imágenes y palabras a nuestro recuerdo y a nuestros sentimientos. Necesitamos estos días llorar, pero también recordarla sonriente, vital, llena de fuerza, luchadora, sólida. !Qué suerte haberla tenido todos estos años en nuestro instituto, como compañera, como jefa, como amiga! Y cuántas cosas se frustran con su muerte...

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  3. Me sumo al agradecimiento de Tere, compañeros, y me aferro a la imagen de su sonrisa, cuando, hace poco, al pasar por el instituto, entré en su despacho y charlé brevemente con ella. Tan inesperada pérdida me tiene aún sobrecogida y desvelada por la pena. Se nos ha ido con ella una mujer de bandera.

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  4. Desconsuelo y rabia. A pesar de que una vez más nos lo hayas querido evitar, amargura y un inmenso dolor nos arrancas con tu ausencia, Victoria,

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  5. Hoy, a 20 de enero del 2017 sigo sintiendo esa ausencia, una grandísima profesora y una grandísima persona. Te recordamos con mucho cariño, y te extrañamos Victoria.
    Gracias Hipólito otra vez por emocionarnos así.

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