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20 de octubre de 2021

Carteles de la vida moderna: exposición en Caixaforum


El día 21 de septiembre se inauguró en Sevilla la exposición de "Carteles de la vida moderna"

Esta exposición nos propone descubrir los orígenes del cartel artístico moderno, como reclamo publicitario y como obra de arte, exhibiendo una importante selección de carteles que reflejan la modernidad artística, industrial, social y cultural de la Europa del 1900, en el período de cambio de siglo. 


De distribuye en varias salas según los temas:


Musa y objeto. La mujer como reclamo

En esta primera sala nos encontramos a la mujer como medio de inspiración para atraer al espectador mostrándola como una mujer perfecta, pero también empieza a mostrar a esa mujer luchadora.



La estampa japonesa. La modernidad de Japón

Ayudó a transformar y modernizar los artes de fin de siglo. Contaba con colores vivos, siluetas contrastadas y contornos claros y definidos. Perspectivas, puntos de vista, temáticas y encuadres originales son algunas de las características del arte en la estampa japonesa, que inspiró formas artísticas fáciles de leer.


En torno al cartelismo

Dio pie a nuevos mercados internacionales, basado tanto en la compraventa y el intercambio de carteles modernos, como en la aparición de estudios, revistas y publicaciones especializadas.


Muros que hablan

En esta sala observamos cómo los artistas de cambio de siglo utilizaron todos los recursos posibles para hacer que sus carteles destacasen, atrayendo la mirada del espectador y poder comunicar de una manera clara, precisa, sincera, rápida y directa.


Unos de mis carteles favoritos es el la representación que hace Vicente Bosch de la mujer española, que viste un traje de flamenca mientras sostiene un fajo de billetes y va agarrada de la mano de un mono que se encuentra fumando y llevando una botella de anís. Me parece una imagen muy llamativa, ya que es un poco descabellada, y más aun en esta época, que esta muy mal visto ese tipo de cosas. Curiosamente esa marca de alcohol (Anís El mono) todavía la podemos encontrar hoy en día, pero si nos fijamos en la etiqueta de ahora podemos observar que es totalmente diferente a la de esa época.



En definitiva, es una exposición extraordinaria: quien vaya seguro que se lo pasará muy bien y podrá adentrarse un poco más en el mundo de la cultura y descubrir nuevas formas de expresión.


Reseña realizada por la alumna Inés López Lora, alumna de 2º de Bachillerato de Arte

19 de octubre de 2021

Mujeres escritoras: un acercamiento a Irene Vallejo

Irene Vallejo firma ejemplares de su obra en Bruselas
Irene Vallejo firma ejemplares de su obra en Bruselas. Junto a ella, el profesor Pedro Jiménez.
(Foto cedida por la profesora Encarna Yañez)

Irene tiene 42 años y ya ha obtenido el Premio Nacional de Ensayo (entre otros) con su maravillosa obra EL INFINITO EN UN JUNCO, 2019. Irene tiene el doctorado en Filología Clásica (por Zaragoza y por Florencia).También estuvo en Oxford con una beca para preparar bien el libro antes mencionado.Publicó su primer libro en 2011. Ha escrito varias obras, como El silbido del arquero, basada en las leyendas de Eneas (una obra preciosa). Irene Vallejo colabora  también con El País y El Heraldo de Aragón (además de otros medios periodísticos). Es muy activa en las Redes Sociales. Jamás deja un tuit sin responder.

Pero hoy nos vamos a centrar en la joya que es el Infinito en un junco.

Trata sobre el origen del libro (el junco del título no es otro que el papiro), sobre el origen de la escritura, sobre la evolución de los libros, sobre la Biblioteca de Alejandría, sobre ese afán de los humanos de dejar huella, sobre la curiosidad humana de conocer otros mundos a través de la lectura. ¡Tantas cosas en un libro!

El libro, además, está salpicado de anécdotas y reflexiones de la autora: nos habla de cine, de actualidad, de viajes, del bullying que sufrió en la escuela…

Irene, no podía ser de otra manera, es una gran defensora de los Clásicos, de griegos y de romanos.

Cuando el curso pasado, mis alumnas de Griego tomaron la iniciativa en Change.org de defender esta materia (pedían que se mantuviera en los centros, aunque no la escojan un mínimo de 15 alumnos) y las humanidades en general, Irene inmediatamente se hizo eco de su petición y la fue pregonando por los medios y defendiéndola a capa y espada.

Fue entonces cuando ella y yo entramos en contacto. 

Es una persona maravillosa, capaz de hacer mil cosas al mismo tiempo (tiempo que no sé de dónde saca). Ahora anda promocionando el “Junco” por Europa. Ya ha sido traducido a muchas lenguas y está teniendo un gran éxito allá por donde es leído.

A final del curso pasado le pedí un favor: que escribiera algo para el alumnado de mi tutoría de Humanidades y poder leérselo en ese evento que llamamos graduación.

Esto fue lo que les envió:

"A todos y a cada una, mi admiración.

Vuestra profesora me ha invitado a enviaros un gran abrazo. 

Os está tocando vivir un año muy intenso, que no olvidaréis. Solo quiero deciros que admiro vuestra valentía. Si estáis aquí, habéis escuchado mil veces que vayáis por el camino trillado, el que dictan los demás, el mercado y las oportunidades de trabajo. 

A mí también me aconsejaron eso, miles de veces. Sin embargo, preferí la ruta del entusiasmo, de la creatividad, de mi gran pasión por los idiomas y las palabras. Así aprendí que el porvenir necesita humanistas para construir una sociedad más humana.

Por favor, hagáis lo que hagáis en el futuro, no dejéis que os digan que fue inútil descubrir quiénes somos y de dónde venimos.

Os deseo suerte y alegría, que persigáis vuestros sueños.

Sois importantes, sed infinitos."


Puede comprobarse su entusiasmo y su manera especial de escribir, con tanta pasión como ternura.

Recojo ahora aquí algunos fragmentos del Infinito en un junco, para que podáis entender su éxito. Es un libro que, a pesar de ser un ensayo (a priori, un ensayo suena a frialdad) consigue intrigarte, llevarte de viaje, transportarte en el tiempo.

Escritoras como Irene Vallejo son las que necesitamos. Mientras haya personas como ella, que escribe con ese entusiasmo, con ese dominio de la lengua, con esa capacidad de provocar curiosidad, habrá futuro.

En el prólogo de su obra:

“Siempre me asusta escribir las primeras líneas, cruzar el umbral de un nuevo libro. Cuando he recorrido todas las bibliotecas, cuando los cuadernos revientan de notas enfebrecidas, cuando ya no se me ocurren pretextos razonables, ni siquiera insensatos, para seguir esperando, lo retraso aún varios días durante los cuales entiendo en qué consiste ser cobarde. Sencillamente, no me siento capaz. Todo debería estar ahí —el tono, el sentido del humor, la poesía, el ritmo, las promesas—. Los capítulos todavía sin escribir deberían adivinarse ya, pugnando por nacer, en el semillero de las palabras elegidas para empezar. Pero ¿cómo se hace eso? Mi bagaje ahora mismo son las dudas. Con cada libro vuelvo al punto de partida y al corazón agitado de todas las primeras veces. Escribir es intentar descubrir lo que escribiríamos si escribiésemos, así lo expresa Marguerite Duras, pasando del infinitivo al condicional y luego al subjuntivo, como si sintiese el suelo resquebrajarse bajo sus pies. En el fondo, no es tan diferente de todas esas cosas que empeza-mos a hacer antes de saber hacerlas: hablar otro idioma, conducir, ser madre. Vivir.”


Una mujer: la primera ‘escritora’

“La historia de la literatura empieza de forma inesperada. El primer autor del mundo que firma un texto con su propio nombre es una mujer.

Mil quinientos años antes de Homero, Enheduanna, poeta y sacerdotisa, escribió un conjunto de himnos cuyos ecos resuenan todavía en los Salmos de la Biblia. Los rubricó con orgullo. Era hija del rey Sargón I de Acad, que unificó la Mesopotamia central y meridional en un gran imperio, y tía del futuro rey Naram-Sim. Cuando los estudiosos descifraron los fragmentos de sus versos, perdidos durante milenios y recuperados solo en el siglo XX, la apodaron «la Shakespeare de la literatura sumeria», impresionados por su escritura brillante y compleja. 

«Lo que yo he hecho nadie lo hizo antes», escribe Enheduanna. También le pertenecen las más antiguas notaciones astronómicas. Poderosa y audaz, se atrevió a participar en la agitada lucha política de su época, y sufrió por ello el castigo del exilio y la nostalgia. Sin embargo, nunca dejó de escribir cantos para Inanna, su divinidad protectora, señora del amor y de la guerra. En su himno más íntimo y recordado, revela el secreto de su proceso creativo: la diosa lunar visita su hogar a medianoche y la ayuda a «concebir» nuevos poemas, «dando nacimiento» a versos que respiran. Es un suceso mágico, erótico, nocturno. Enheduanna fue —que sepamos— la primera persona en describir el misterioso parto de las palabras poéticas.”

Sobre las guerras y las bibliotecas destruidas en ellas :

"Anna llegó a la ciudad siguiendo el rastro de su único hermano, un joven periodista que desapareció allí sin explicación. La esperanza del reencuentro está condenada al fracaso en un lugar donde todas las certezas se están esfumando y la catástrofe final parece inminente. Un día, durante sus vagabundeos, Anna recorre el Bulevar Ptolomeo y desemboca por azar en la asolada Biblioteca Nacional («Era un edificio magnífico, hileras de columnas de estilo italiano y hermosas incrustaciones de mármol, uno de los edificios más distinguidos de la ciudad. Sus mejores días habían quedado atrás, sin embargo, como ocurría con todo lo demás. Un techo del segundo piso se había derrumbado, las columnas se ladeaban y agrietaban, había libros y papeles tirados por todas partes»). 

Anna se instala en la buhardilla de la biblioteca junto a Sam, un corresponsal de la prensa extranjera que conoció a su hermano e inyecta vida a sus débiles esperanzas de encontrarlo. Aunque la Gran Biblioteca es poco más que una ruina, sirve de refugio para náufragos de tiempos mejores. Allí vive una pequeña comunidad de sabios perseguidos que, en una provisional tregua a sus feroces discrepancias, colabora para proteger el último caudal de palabras, ideas y libros («No sé exactamente cuánta gente vivía en la Biblioteca en aquella época, pero creo que más de cien, tal vez muchos más. Los residentes eran todos profesores o escritores, supervivientes del Movimiento de Purificación que tuvo lugar durante los disturbios de la década anterior. Entre las distintas camarillas de la Biblioteca había surgido una cierta camaradería, al menos hasta el punto de que muchos de ellos estaban dispuestos a reunirse para hablar o intercambiar ideas. Cada mañana durante dos horas [denominadas “horas peripatéticas”], se llevaban a cabo coloquios públicos. Decían que en una época la Bibloteca Nacional albergaba más de un millón de volúmenes; este número ya se había reducido mucho cuando yo llegué allí, pero aún quedaban cientos de miles, un asombroso alud de palabras impresas»).

El desorden y la catástrofe también se han filtrado en la Biblioteca. Anna observa que el sistema de clasificación se ha desorganizado por completo y es casi imposible localizar ningún libro en los siete pisos de archivos. Que un libro esté perdido en el laberinto de salas mohosas es lo mismo que si hubiese dejado de existir: nadie volverá a encontrarlo.

De repente se abate sobre la ciudad una durísima ola de frío que pone en peligro a los refugiados de la Biblioteca. A falta de otro tipo de combustible, deciden quemar libros en la estufa de hierro. Anna escribe: «Sé que parece horrible, pero no teníamos otra opción; había que escoger entre eso o morirnos de frío. Lo curioso es que yo nunca sentí remordimientos, para ser sincera; creo que incluso disfrutaba tirando aquellos libros a las llamas. Tal vez manifestara un rencor oculto; tal vez fuera solo el simple reconocimiento de que no importaba lo que pasara con los libros. El mundo al que pertenecían esos libros había terminado. De cualquier modo, la mayoría de ellos no merecían abrirse. Cuando encontraba alguno que parecía aceptable, lo guardaba para leerlo. Así leí a Heródoto. Pero, al final, todo acababa en la estufa, todo se transformaba en humo». 

Así imagino a los científicos y eruditos del Museo, contemplando con espanto cómo su tesoro de hallazgos era sistemáticamente saqueado, ardía y se desmoronaba. En un imperdonable anacronismo, me parece ver a aquellos sesudos intelectuales, víctimas de un brote de humor negro y nihilista, imitando a Bajtín durante los días oscuros del cerco nazi a Leningrado. Se cuenta que el escritor ruso, fumador compulsivo, estaba encerrado en un apartamento bajo el terror cotidiano de los bombardeos. Tenía reservas de tabaco pero no podía conseguir papel de fumar. Entonces usó para liar sus cigarrillos las páginas de un ensayo al que había dedicado diez años de trabajo. Hoja a hoja, bocanada a bocanada, fumó gran parte del manuscrito, en la seguridad de conservar a buen recaudo en Moscú otra copia que, al final, en el caos de la guerra, también se perdería. Recuerdo que William Hurt cuenta la anécdota —casi legendaria— en la fascinante película Smoke, cuyo guion escribió Paul Auster. Creo que los bibliotecarios alejandrinos habrían apreciado la desesperanzada comicidad de ese relato de supervivencia. Al fin y al cabo, los libros que ellos custodiaban también estaban convirtiéndose en aire, en humo, en soplo, en espejismo.”


Entrada realizada por Encarna Yáñez (profesora de Griego y Latín)

11 de enero de 2021

Una flor


“Una flor” es un poemario del Premio Nadal 2018. Dentro de su prolífica obra literaria, periodística y como traductor Alejandro Palomas nos sorprende con esta edición cuidada de Letraversal, con huellas artísticas diversas al incluir anotaciones de propio puño y letra así como bodegones e ilustraciones del mismo autor que recrean un universo poético floral de esta obra. El poemario es un perfecto eco de un alma atribulada que del dolor reverdece una palabra que busca la verdad en la poesía y rastrea los diferentes niveles de conciencia del yo poético que alcanza a los del lector con intensa reverberación. La estructura del poemario es muy semántica en su distribución y título: hay una introducción de la función del poema, la cual pareciera una poética del siglo XXI a partir de un ejercicio introspectivo del artista en su relación con la palabra y su propio ser. Su estilística se resume ya en el primer poema: “La respuesta”:

                               “Importa sobre todo lo que no fuimos.

                               Lo que no escribimos.

                               La palabra que no encontramos.

                               El espacio.

                               Importa el espacio.

                               Importa el pequeño.

                               Importa el aire que separa una sílaba de la anterior.

 

El ritmo y la música sostienen el esqueleto de esta poesía prosística, conceptual, llena de ritmo, de evocaciones, imágenes y sugerencias. La dialogía de los dos primeros capítulos tiene gran fuerza y explora el proceso de creación con franqueza, con desnudez insultante, con mucha verdad poética, con sensación de experiencia creativa muy consciente. Las moradas del universo poético del creador asoman con chiaroscuro existencial, con amargura latente, con nostalgia que la flor desvanece por su luz, la cual es finita. El apunte de la flor, el poeta, la verdad y el quejido abstraen el mundo de este gran poeta.

Una ventana de aire fresco a un mundo literario tan evocador como críptico.

Juan Manuel González Canales, miembro del equipo de Lectura y Biblioteca

 

20 de diciembre de 2020

El aroma de los libros

 

Siempre que veo un libro, lo primero que hago es abrirlo y olerlo. Su olor me lleva a la imprenta, si es nuevo, o a la estantería en la que haya estado guardado, si es antiguo. Pero siempre lo huelo antes de investigar sobre él.

Quienes me conocen saben de mi costumbre de “oler los libros”, así que en cuanto vieron un libro titulado “El aroma de los libros”, estaba claro que era un libro predestinado para mí.

Su autora, Desy Icardi (Silvia Desiree Icardi) nació en Turín, donde trabaja como formadora de empresa, actriz y redactora de contenidos. Licenciada en Artes, música y Espectáculo, trabaja también en el teatro como autora y directora. En su blog “Patataridens”  escribe sobre la comedia femenina.

 Yo no tengo la habilidad de la protagonista de “El aroma de los libros”, que es capaz de “leer” los libros por su olor, sin conocer la lengua en la que están escritos, sólo por el olor, pero sí es verdad que el olor me hace comprarme un libro. De ahí mi preferencia por el libro en papel al libro digital.

“El aroma de los libros”, una vez olido, ha sido leído y me ha gustado mucho, por eso lo recomiendo. Me ha gustado por varios motivos.

El primero porque la trama me enganchó desde el primer momento. La protagonista, Adelina, es una chica de 14 años, humilde, a la que no le va bien en el colegio. Vive en Turín, con su tía, y en el colegio sufre constantes burlas y mofas de sus compañeras que se divierten con sus dificultades para recordar lo que se supone ha aprendido en clase. Pero Adelina descubre que tiene un talento curioso. A pesar de que no puede leer porque las letras parecen bailar ante sus ojos, se da cuenta que puede leer con el olfato. Este talento, que intenta mantener oculto, es descubierto por su profesor y por el padre de una compañera suya, que le ayuda con los estudios. Este padre, notario implicado en sucios negocios, intentará aprovecharse de su talento para descifrar un códice misterioso.

En segundo lugar, me ha gustado cómo Desy Icardi dibuja a las protagonistas, Adelina, ya mencionada, y su tía Amalia, con la que vive en Turín. Amalia es una mujer acomodada por matrimonio que llegó a la ciudad buscando trabajo y una nueva vida. En “El aroma de los libros” se cuenta cómo consiguió Amalia su estatus acomodado y cómo lo mantiene. A través de estos dos personajes, Adelina y Amalia se dibuja la sociedad italiana del XX, en un tono que mezcla comedia y momentos de tensión que te enganchan durante la lectura. Estas dos mujeres están acompañadas en la trama por personas egoístas caracterizados por su ciega ambición.

En tercer lugar, que no por ser el último es el menos importante, me ha gustado “El aroma de los libros” por su viaje a lo largo de la Literatura. A lo largo de la lectura te encuentras referencias a clásicos como “Las mil y una noches” o el “Decamerón, siempre desde la perspectiva de las emociones que se despiertan en Adelina al oler esos libros. Me reí con la referencia a “El Quijote” y las sensaciones que Adelina tuvo al oler este libro ejemplar.

“El aroma de los libros” me parece un homenaje a la Literatura con mayúsculas, un retrato de la maldad humana, con final sorprendente. Es un homenaje a los sentidos (la cubierta está decorada con relieves para atraer al sentido del tacto) que viaja del pasado al presente a través de las historias paralelas de su protagonista Adelina y de su tía Amalia.

Reseña realizada por Estrella Olivares García, miembro del equipo de Biblioteca.

 

 

 

 

 

29 de noviembre de 2020

El último Barco


El último Barco
(Serie Comisario Leo Caldas, nº 3)

Domingo Villar.  Editorial Siruela.

Autor y Estilo:

Domingo Villar es un escritor gallego (escribe habitualmente en este idioma) que vive en Madrid. Ha publicado hasta la fecha 3 novelas policíacas, todas ellas protagonizadas por el inspector Leo Caldas, que han tenido mucho éxito editorial y han sido traducidas a diversos idiomas. La segunda de estas, La playa de los ahogados ha sido también llevada al cine.

El estilo de Villar es sencillo y directo. Utiliza un lenguaje accesible y combina a la perfección descripciones realizadas con economía de lenguaje, pero de una gran belleza, con diálogos rápidos, y el resultado es muy “cinematográfico”, ya que el lector se sumerge en el libro como si lo hiciese en una película, siendo un espectador privilegiado de las pesquisas de Leo y Estévez, los protagonistas.

Argumento:

El último barco es una novela policíaca, protagonizada por el Inspector Leo Caldas, que recibe un martes el encargo de su jefe de investigar la desaparición de la hija del prestigioso cirujano Andrade (al que el Comisario está muy agradecido por haber salvado la vida de su esposa). La hija del cirujano lleva desaparecida desde el jueves anterior. Durante el resto de la semana, Leo y su ayudante Estévez, trataran de reconstruir el escenario de la desaparición de la joven, profesora de cerámica en la Escuela de Artes y Oficios de Vigo, a través de los personajes que la rodean en la Escuela y en la pequeña localidad rural en la que ésta vive.

Personajes:

Quizás lo más interesante de esta obra no sea ni la intriga policíaca ni la acción (apenas “pasa nada”, al menos en apariencia) sino el análisis de los personajes, algunos de los cuales ya aparecían en las dos entregas anteriores de la serie Leo Caldas (Ojos de Agua y La playa de los ahogados, ambas también muy recomendables) empezando, lógicamente por los dos protagonistas, Caldas y Estévez, los compañeros de la comisaría de Vigo, o el padre de Leo. Otros, como Andrade, Napoleón o Camilo Cruz aparecen en esta obra y tienen un protagonismo definido en la misma, pero también hay multitud de personajes secundarios, perfectamente descritos e integrados en el argumento de la obra: los profesores de cerámica, de construcción de instrumentos musicales, la profesora deDibujo, el conserje, la limpiadora, los parroquianos del bar… todos ellos, descritos tanto a través de lo que dicen como de lo que callan, van creando un escenario en torno al cual se van desarrollando las distintas etapas de la investigación.

El protagonista, Leo Caldas, inspector de policía de Vigo, soltero, introvertido, observador y algo inseguro, es un hombre amable y de costumbres fijas. No es un superhéroe ni un “lince”, se equivoca continuamente, pero tiene la capacidad de observar y la virtud de ser intuitivo, amén de una táctica de interrogatorios que acaba conduciéndole a la solución de los casos, por lo que es muy apreciado por su superior y por sus subordinados.

Su ayudante, Estévez, es un aragonés que no entiende el carácter de los gallegos (le ponen “de los nervios”, pero en cambio, está enamorado de los paisajes de Galicia. Bruto y a veces violento, difícil de controlar, pero trabajador, inteligente y con un gran corazón. Ambos son los personajes centrales, pero me gustaría destacar  también a un personaje que me ha encantado, Napoleón, un mendigo sabio que “vende” frases en latín a cambio de una moneda y que establece una peculiar relación con el protagonista.

Por qué leer “El último barco”:

¿Te gustan las novelas policíacas? Esta es una novela policíaca con una trama argumental interesante, aparentemente sencilla, pero conforme avanzan las líneas de investigación vamos descubriendo cosas más complejas y viendo que no todo es tan simple como parece. Ojo: esta no es una novela en la que primen la acción, ni las aventuras, ni los crímenes escabrosos (tan del gusto de la narrativa nórdica y de algunos de nuestros autores más leídos), ni los bruscos giros argumentales… y ni falta que hace, porque es una novela sólida que se va “desenrollando” progresivamente ante nuestros ojos sin necesidad de trucos ni alardes pirotécnicos, tan habituales en los escritores mediocres.

¿No te gustan las novelas policíacas? No importan. Esta puede ser tu novela, porque, como ya comenté antes, la trama policíaca no es lo más importante de la misma. Importan mucho más los diálogos entre los personajes, las descripciones de paisajes y caracteres, de los estados de ánimo, de las mentalidades y de cómo pasan tantas cosas mientras aparentemente nada sucede…

El último barco es una novela de casi 700 páginas, pero no te dejes apabullar por su extensión, porque es una novela de lectura fácil, que “engancha” desde sus primeras páginas al lector y lo envuelve en una tela de araña de la que le resultará difícil salir hasta el final. El argumento es perfectamente creíble, transcurre en una pequeña localidad gallega en 2019 (el libro se publicó en abril del año pasado) y todo es próximo al lector, que se identifica fácilmente con los personajes.

En definitiva, léela, ¡vas a agradecerme el consejo!

Eva Mª Márquez Cárdenas, miembro del equipo de Biblioteca

19 de noviembre de 2020

Y Julia retó a los dioses


 Ante todo debo reconocer que soy adicta a “las novelas de romanos”. Por tanto, he leído mucho de Santiago Posteguillo, y la saga de Julia Domna era uno de mis objetivos en este extraño 2020.

Tras, Yo, Julia, volvemos a encontrar a la protagonista instalada en el poder, manejándose de forma inteligente y sagaz entre hombres, combatiendo intrigas y traiciones que rodean tanto a su marido, el emperador, como a ella, mujer poderosa.

¿Es más difícil mantenerse en la cima que llegar? Julia lo va a comprobar por sí misma. Julia, hija de reyes, madre de césares y esposa del emperador Severo, tiene como objetivo instaurar una dinastía.

Julia Domna, mujer adelantada a su tiempo, deberá sobrevivir a todas las diversidades que surjan en su camino para llevar a cabo su sueño.

Para ello debe mover sus hilos y manejar toda su capacidad estratégica. Pero Julia no sólo tiene que luchar contra hombres dispuestos a todo con tal de conseguir el poder, sino también debe enfrentarse a los dioses de Roma, que no ven con buenos ojos a una mujer tan ambiciosa. Además, tiene que resolver enfrentamientos en el seno de su propia familia, ya que sus dos hijos pugnan por ser el único emperador de Roma. Y, para más “inri”, debe luchar contra la enfermedad.

Esta Julia no es la misma de la primera novela de la saga de Posteguillo. Aunque sigue siendo la mujer valiente y decidida, bella e inteligente, gracias a la cual su marido consiguió ser emperador de Roma, ahora hace suyo el lema de “el fin justifica los medios” y, para ella, nada ni nadie es obstáculo para su objetivo. No importan sacrificios, propios o ajenos. Lo único que importa es que su dinastía, ya instaurada, continúe en el poder, al precio que sea. Julia es un personaje tan potente, con una personalidad tan arrolladora que hace que el resto de los personajes quede difuminado y que los lectores caigan rendidos a sus pies como súbditos más, fieles a su causa.

Vuelve Posteguillo a regalarnos una novela en la que la venganza, la traición, la lucha en el poder y las grandes pasiones llenan sus casi 800 páginas en las que lo humano y lo divino se mezclan, ya que los lectores somos testigos del enfrentamiento que provoca Julia Domna en los dioses, ahora divididos en dos grandes bandos, uno en contra de Julia, encabezado por Vesta que no quiere una emperatriz extranjera, y el otro a favor, encabezado por Minerva.

La asamblea de los dioses, las continuas referencias mitológicas, la descripción tan minuciosa de las costumbres romanas, las creencias de la época hacen que la lectura sea adictiva y quieras saber cómo termina el proyecto de Julia sin descanso. Llama la atención cómo se recrea la frialdad con la que se tomaban decisiones en el Imperio para conservar poder y vida, o para que alguien las perdiera. La novela podría considerarse como deliciosa y placentera clase de historia, magistralmente narrada, siguiendo la línea de trabajo sobre la cultura romana de Santiago Posteguillo. Este autor, desde mi punto de vista, destaca por su labor de documentación, que integra a la perfección en la narración, sin aburrir con datos innecesarios y manteniendo un ritmo constante y emocionante. Consigue una magnífica ambientación de la época romana.

Esta segunda novela, con menos batallas que en la primera, tiene un ritmo que no da respiro. Los lectores acompañamos a Julia en su evolución hasta la lucha final con la muerte, con un final emocionante. Para mí es una novela altamente recomendable.

Estrella Olivares García, miembro del equipo colaborador de Biblioteca

 

8 de noviembre de 2020

Tierra de sueños


El día 15 del pasado mes de octubre, mi amiga Cris y yo (ambas de 2º de Bachillerato de Arte) fuimos con unas amigas a Caixa Forum, en Torre Sevilla, donde se realizan muchísimas exposiciones todos los años. En concreto fuimos a ver una exposición de fotografía, realizada por Cristina García Rodero, llamada “Tierra de Sueños”, recomendada por nuestra profesora de lengua, Leonor.

La fotógrafa viajó a la India, con la misión de retratar la sociedad más rural del país, siendo esta tan desconocida por nosotras, las visitantes. La exposición es ricamente variada, Cristina capturó tanto escenas de tradiciones cotidianas, como serían bodas o cosechas; como escenas de hospitales de las zonas más pobres, mostrando la realidad con la que millones de personas conviven cada día: embarazos, visitas de familiares a enfermos... Nada se le escapa.

Una de las partes que consideramos más especiales de esta exposición sería la presencia de Cristina García Rodero en el Día de la Mujer en el país; retrató a muchísimas activistas luciendo orgullosamente sus lazos morados (aunque a veces allí son rosas), y levantando sus manos por la igualdad.

Y otro de los puntos más importantes de la colección fotográfica es la importancia que da la autora a visibilizar el peligro que sufren los niños discapacitados en la India. Muestra múltiples escenas de cuidados a discapacitados en hospitales habilitados por organizaciones, y hace énfasis en el sufrimiento de estas personas, las cuales son rechazadas por la sociedad en la que viven, incluyendo a sus propias familias.

Ambas, la Fundación La Caixa y la Fundación Vicente Ferrer, apoyaron a Cristina García Rodero y organizaron esta exposición. Estas dos aportan apoyo y ayudas a áreas de países necesitados, y con esta colección tratan de concienciar sobre esta difícil realidad, y presentan unas bellas fotografías que retratan una sociedad tan dura, e irónicamente tan alegre y colorida. 

































Reseña realizada por 
Cristina Leal Moreno y Elena López Esteban. 

14 de octubre de 2020

Leonora


Elena Poniatowska
, perteneciente a una familia noble de origen polaco, nació en 1932 en París. Abandona Europa durante la Segunda Guerra Mundial y llega a Ciudad de Méjico en 1942. Trabajó como periodista en el diario Excélsior y ha colaborado en numerosas revistas. Ha realizado cortos cinematográficos y es socia fundadora de la Cinemateca Nacional y de la Editorial Siglo XXI. Entre sus novelas destacan LilusKikus, Hasta no verte Jesús mío, La noche de Tlatelolco, Querido Diego, te abraza Quiela, La flor de Lis… Su obra ha sido traducida a más de una decena de idiomas y su trayectoria como periodista y escritora ha sido reconocida con múltiples premios nacionales e internacionales. En 2013 se le concedió el Premio Cervantes.

Elena Poniatowska retrata como nadie la vida de mujeres excepcionales y fuertes a las que se entrega para descubrir y reivindicar su propia fortaleza y rebeldía. A través de ellas, la escritora nos muestra todos los entresijos políticos y culturales del Méjico del siglo XX. Elena Poniatowska se rodeó de los intelectuales más importantes de la época y los convirtió en personajes literarios para rendirles homenaje a ellos y al país del que se enamoró cuando llegó con 10 años.

Entre ellos podemos destacar a la fotógrafa y espía revolucionaria Tina Modotti (Tinísima, 1992) donde Poniatowska describe la liberación sexual y espiritual de la bohemia de San Francisco; la pasión por la fotografía; el Méjico de los años 20 que se abría al mundo y a la renovación artística y la figura de Tina Modotti que ofreció su talento y su energía a la causa comunista incipiente en la ciudad, convirtiéndose incluso en espía, pero rechazada e ignorada por ser mujer.

Otra de las mujeres que retrata, y no puedo dejar de mencionar, es a Lupe Marín en Dos veces única, 2015. La que fuera la primera mujer de Diego Rivera y del poeta y crítico Jorge Cuesta, el más importante de los escritores del grupo Contemporáneos, es descrita como una mujer con un carácter legendario que ejerció una influencia poderosa sobre sus hijos y nietos, haciéndolos sentirse en muchas ocasiones como unos fracasados y acusada incluso de ser la instigadora del macabro suicidio de su segundo esposo. Lupe Marín o “mula prieta”, como la llamaba Diego Rivera, fue testigo del desarrollo cultural y artístico de las personalidades más importante del Méjico del siglo XX, a los que amó y odió con la misma fuerza y pasión.

Sin embargo, una de las personalidades más importantes que Elena Poniatowska ha retratado en suobra es la increíble vida de la pintora surrealista Leonora Carrington (Leonora, 2011).Leonora es una novela que no deja indiferente a quien la lee, en ella se nos narra la vida de una niña con una inteligencia precoz y una imaginación exacerbada. Leonora Carrington es una suerte de luz en un mundo oscuro, un oasis en un desierto, una bonita extrañeza cuya vida nos regala Elena Poniatowska narrada con una ternura inigualable. El libro comienza con el inicio de su vida, señalando los referentes que después se convertirán en motivos claves de su pintura, caballos alados, mezclas de pájaros y estrellas de mar, magia, tarot y la indiscutible influencia de los cuentos de hadas que leía desde niña. Leonora crece en un ambiente acomodado pero hostil a la hora de entender cuál es la ilusión que rige su vida. Se convertirá en una paria que aborrecerá todo lo que simboliza la clase social a la que pertenece y rechazará todo lo que tenga que ver con la alta burguesía, como ocurriera con el personaje de Flora Tristán en la obra de Vargas Llosa El paraíso en la otra esquina.

A una infancia feliz, aunque incomprendida, sigue una historia de amor con un artista bastante mayor que ella que le lleva a vivir siempre al límite, encadenada a sueños y quimeras que pretende cumplir. Su afiliación al partido comunista y el estallido de la Segunda Guerra Mundial harán que su gran amor el pintor Marx Ernst sea encerrado en un campo de concentración y su padre se vengue de ella encerrándola en un psiquiátrico de Santander del que logrará escapar años después.

Guerras, prisiones, privacidad de la libertad y una lucha siempre fortalecida por unas inmensas ganas de vivir, el libro de Elena Poniatowska nos acompaña y nos muestra una historia de desvelos, amistades, recorridos artísticos y amorosos y pensamientos íntimos de una persona que a día de hoy es considerada como uno de los mayores referentes del movimiento surrealista y que se codeó con las personalidades más importantes de la época como Peggy Guggenheim, Joan Miró, André Breton, Picasso, Salvador Dalí… para morir finalmente sola en su casa de Méjico donde se instaló tras su huida del manicomio y de Nueva York y desarrolló sus obras artísticas y literarias más singulares y geniales.

Don Raúl Murillo García, miembro del equipo colaborador de Biblioteca

18 de junio de 2020

Literatura y cine compartidos


Este es uno de los proyectos de los que me siento más orgullosa en mi primer año como responsable de biblioteca. Leer y compartir lo leído es una manera de crear una comunidad donde el acto íntimo de leer se convierte en la acción generosa de dar. La lectura ( o el visionado de películas) enriquece a quien escribe la reseña y a quienes la leemos. Prácticamente el equipo entero de biblioteca se ha implicado en esta actividad. Y quienes no lo han hecho han ayudado a su difusión y han colaborado de otra manera. También han participado alumnas (en femenino; no ha habido ningún alumno este año); profesoras que no están ya en el centro, como Concha Colmenero y Carmen Fernández; profesoras que no son del equipo, como Encarna Galera; e invitadas especiales y muy bienvenidas, como Loly Rodríguez Silva, que nos ha aportado una visión personal y muy profesional sobre una obra cumbre de la historia del cine.
Espero que este proyecto tenga una continuidad. Y que se unan padres y madres y otros miembros de la comunidad educativa. Y que se amplíen los géneros y las lenguas y la diversidad sea mayor.
Doy las gracias a todos los autores y autoras de estas reseñas. Es un gusto trabajar con un equipo así. 

14 de junio de 2020

Si no hay un mañana


Si no hay un mañana escrito por Jennifer L.Armentrout, es un libro de drama y romance juvenil, publicado en abril del 2019 en español.

Jennifer es una prestigiosa escritora best seller del New York Times y con numerosos premios por sus novelas juveniles, como Obsidian. En este libro nos sumergimos en un viaje a través de la mente de Lena, una adolescente de tan solo diecisiete años, con el fin de entender cómo funciona la vida de los adolescentes, y que quizás no es tan sencilla como los demás piensan.

Lena no es más que la típica adolescente tímida a la que le encanta leer para evadirse del mundo, buscando en los libros el final feliz que no es capaz de encontrar en su vida. No piensa más que en su futuro, y en lo que ocurrirá con su vida cuando se vaya a la universidad, quizás a la de Virginia Occidental, y tenga que dejar atrás a su imperfecta familia, a sus locas amigas, y sobre todo, a él, a el chico del que lleva enamorada quizás demasiado, su mejor amigo. Su rutina diaria se basa en trabajar, quedar con sus amigas, ignorar las llamadas de su padre, ignorar sus sentimientos, y por supuesto, ir de fiesta con sus amigas.

Sin embargo, su vida cambiará en una noche. Esa maldita decisión definirá su vida para siempre, y la sumergirá en un profundo agujero del que no podrá salir hasta que acepte lo que sucedió, y pase página.

Tras el accidente de tráfico en el que Lena perdió a cuatro de sus amigos, tras ser la única superviviente, su vida cambia, y se da cuenta de que nada de lo que antes era importante tiene real valor. Lena se siente culpable porque podría haber conducido ella, en lugar de ser Cody quien lo hizo, pues estaba borracho. Se siente culpable porque podría haberlo evitado, pero no lo hizo, y se siente más culpable todavía por estar viva. Lena tendrá que recorrer un largo camino, en el que deberá aprender a vivir con ello, pues como ella misma dice “la vida nunca volverá a la normalidad, nunca volverá a ser la misma”.

La adolescencia es una de las etapas más bonitas, pero también una de las más difíciles. Muchas personas creen que los adolescentes solo tenemos que estudiar, y salir con nuestros amigos, pero esto en realidad no es tan sencillo. Con la llegada de la adolescencia también llegan los problemas y las inseguridades, pues no solo tenemos que estudiar más, sino que las relaciones se van intensificando, este libro es una perfecta prueba de ello. El libro trata de las relaciones de amigos, de los problemas familiares, los estudios y el amor. En él nos damos cuenta como las relaciones que tenemos con nuestras familias pueden influir en nuestra autoestima y forma de ser, como ocurre tanto con Lena como con Abby, ambas cambiaron por sus situaciones familiares, y se ayudaron entre ellas. Los amigos siempre estarán ahí para nosotros, pero a veces también nos pueden forzar a hacer cosas que no queremos, por no querer ser esa persona que, como Lena dice “No quería ser esa persona que hace de un grano una montaña”. Sebastian es el amor de Lena, además de su mejor amigo, pero Lena por temor no le cuenta lo que siente por él, y quizás cuando se den cuenta ya es demasiado tarde. Y por último, Sebastian también pasa por un momento difícil porque se da cuenta que no quiere dedicarse al deporte, a diferencia de lo que su padre quiere para él, y por ello se siente presionado, igual que muchos de nosotros.

Sinceramente, este libro es uno de mis favoritos y lo recomendaría a todos los adolescentes, porque me parece que Lena aprende una lección muy importante, a consecuencia de sus actos. Siempre dejamos para mañana todo, siempre creemos que mañana tendremos más tiempo, o que en algún momento lo habrá. Siempre vivimos pensando en lo que haremos la semana que viene, o esperando con ansias un día en concreto. Tendemos a vivir en el mañana y autoconvencernos de que el mañana será mejor. Sin embargo, tras este libro, claramente he aprendido que “el mañana nunca está garantizado”, y que debemos convertir nuestro hoy, en el mañana. 

Otro de los aspectos más importantes que este libro trata es la toma de decisiones, y las consecuencias que se derivan de ellas. Los adolescentes tendemos a pensar que las mayoría de decisiones no son importantes y que si tienen consecuencias, sólo las sufriremos nosotros. Sin embargo, todas las decisiones son importantes y que antes no hayan tenido consecuencias, no significa que no haya la posibilidad de que algo ocurra, y cambie nuestra vida para siempre. Sin embargo, como la madre de Lena dice “No siempre tomamos las decisiones correctas. Ni siquiera cuando eres un adulto y se supone que tienes que saber qué hacer”. En conclusión, las decisiones siempre tienen consecuencias, y no podemos dejar que estas nos definan, sino debemos aprender a vivir con ellas, y aprender a ser mejores personas, porque “la vida sigue adelante”.

Es por ello que lo único que podemos hacer es vivir el hoy como si fuera el mañana, porque “a ninguno de nosotros se nos promete un mañana” y porque “estamos vivos ahora”

Reseña realizada por Elena Vela Buiza, alumna de 1ºBachillerato C 


7 de junio de 2020

Sultana



 P. Sasson es la escritora del libro que hoy os voy a recomendar : Sultana, el relato que narra la historia de una princesa saudí que desde sus primeros años de vida se da cuenta de la fuerte represión que sufren las mujeres en su país, siendo tratadas como “propiedad” del hombre, ya sea padre, marido, hermano… Por esto y por el miedo a la posible represión que pudiera llegar a sufrir, la autora y amiga de la protagonista no desvela su nombre verdadero en ningún momento, protegiéndola.

Durante el viaje de su vida, Sultana cuenta en primera persona las atrocidades y denigrantes humillaciones a las que están condenadas las mujeres en su país nada más nacer a través de las historias de sus hermanas y amigas. De esta forma, expone la jaula de oro en la que vive encerrada metafórica y literalmente, pues a la vez que llevan joyas propias de la realeza bajo su obligatorio Abaaya, (túnica negra que las cubre de pies a cabeza junto con el velo que tan solo deja ver los ojos), están sentenciadas a vivir dentro del país rebosante del “oro negro”.

Al recorrer las páginas de este libro, sientes como si tuvieras un tesoro entre las manos, el diario personal de la propia Sultana, donde cuenta hechos prohibidos para su sociedad y religión, sientes la indignación con la misma intensidad que si ella te lo estuviera contando en persona al hablar de matrimonio infantil, explotación sexual, violaciones y torturas que allí se producen bajo la aprobación de las leyes y el silencio impuesto de sus víctimas; niñas y mujeres.

En este libro se reflexiona no sólo sobre la religión o el fanatismo, que es a lo que todos estamos acostumbrados desde occidente, sino que también expone la verdad sobre una sociedad marcada por la involución, el poder del dinero y sus consecuencias, la ignorancia y la falta de educación, dando lugar a una sociedad que, guiada por el poder y contando con el apoyo de magnates famosos de todo el mundo, deja que todo esto sea el pan de cada día.

Por fortuna, este libro fue publicado en 1992 y afortunadamente, la lucha de las mujeres tras siglos de opresión está dando sus frutos ahora, pues recientemente se publicaron noticias sobre el levantamiento de la prohibitivas leyes machistas en cuanto a conducir, asistir a un partido o viajar sin necesidad del permiso masculino, pero no debemos olvidar que esta lucha es de todos y que aún quedan muchísimos derechos por conquistar, ya que tanto princesas millonarias como niñas abandonadas por sus familia siguen huyendo de su cruda situación, arriesgándose a ser encarceladas, torturadas o asesinadas con la aprobación de las leyes y los mismo familiares.

Gracias a este verídico relato, la autora ha conseguido romper barreras y estigmas que tenemos hacia lo diferente, sin entender la situación por la que están y han estado pasando las mujeres saudíes a lo largo de dos siglos, marcados por la sumisión impuesta y constante amenaza por el simple de hecho de ser mujeres.

En conclusión, recomiendo la lectura de esta historia a todas las personas, hombres y mujeres, que no creen en la existencia del machismo, o que reniegan ante las duras verdades que ocurren día a día, en el medio oriente o en su mismo barrio, que escondidos tras la ignorancia y el egoísmo siguen abanderando la desigualdad y las injusticias.

No debemos olvidar que Sultana hizo esta rebelión por ella y por todas sus compañeras.

Reseña elaborada por Ana Carabias Fernández, alumna de 2º de Bachillerato de Arte