19 de agosto de 2013

Libros para no dejar de leer

Novedades al rescate de autores, editoriales y librerías en un septiembre decisivo.

Arranca el nuevo curso de ediciones y lecturas. No es momento de llevar atrasos. Debería haberse leído en verano, porque la entrada en la temporada es uno de los momentos más fuertes de la novedad literaria. Este año hay lo de siempre: grandes nombres, apuestas, consolidados, libros intrascendentes y otros decisivos. Ni siquiera la crisis es nueva, ni la caída de ventas, ni la necesidad de títulos que arrastren centenares de miles de lectores. Sin embargo, este final de 2013 y comienzo de 2014 será diferente en algo: la supervivencia de las empresas relacionadas al sector de libro. Es la última oportunidad para la mayoría de las librerías y una gran parte de las editoriales. Los autores también se juegan el pellejo. Esta es una selección de los que escriben sin tenerlo en cuenta: Leer más

13 de agosto de 2013

Por qué 'mamá' y 'papá' se parecen en todas las lenguas

Piensen en las palabras que designan las cosas más primarias, más comunes a todos los seres humanos y que desde el principio de nuestra vida nos rodean. Qué sé yo: agua, tierra, cielo, luna, sol. Todas ellas difieren de unos idiomas a otros. “Luna”, por ejemplo, es parecida en las lenguas que se derivan del latín (luna en italiano, lua en portugués, lune en francés), y estos términos difieren de los de origen germánico, que también se asemejan entre sí (moon en inglés, Mond en alemán). En islandés es tunglio, en eslovaco mesiac, en finlandés kuu, en húngaro Hold, en suajili mwezi y en turco, ayTérminos muy distintos para designar algo que para todos es igual, blanco, redondo, lejano: la luna.
Sin embargo, hay dos palabras –no dejen de sorprenderse por lo evidente que parece: como ha dicho en alguna ocasión el académico Ignacio Bosque, el estudio del lenguaje consiste en sorprenderse de lo cotidiano– hay dos palabras, pues, que son iguales o muy parecidas en todas las lenguas del mundo: 'mamá' y 'papá'.   Leer más

9 de agosto de 2013

Cuando nos pasamos de cultos: latinismos que usamos mal

Escribir correctamente es algo que todos deberíamos saber hacer. No se trata –¡faltaría más!– de escribir bien, exigencias de ese tipo no son presumibles en la totalidad de los mortales. Se trata solamente escribir con corrección. Más aún en este mundo en que, cada vez más, hablamos poco y escribimos mucho: Facebook y Twitter, los Whatsapp y los mensajes o los correos electrónicos… Vamos dejando constancia de nuestras habilidades redactoras por doquier, pero a veces éstas dejan mucho que desear. Lejos de lo que se suele pensar, todas estas vías de comunicación no han empeorado nuestro discurso, ni tampoco nuestra ortografía. De hecho, –decepciónense aquellos escandalizados por los estragos de las nuevas tecnologías– cosas como escribir “q” en lugar de “que” ya se hacían en la Edad Media, como atestiguan numerosos textos conservados, y acaso con más motivo que ahora: con lo caro que era el papel y lo costoso que era transcribir a mano, no estaba el asunto como para andar regalando letras.
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7 de agosto de 2013

Adriana Schlittler. Poetisa, profesora de latín y griego:"El problema de la literatura es que se no se lee, sino que se enseña"

La autora de tres poemarios, 'Parches' es el último, encuentra en la costura la paz espiritual del artista hiperactivo.

" El problema de la literatura es que se no se lee, sino que se enseña, y se enseña de una manera muy académica. Obligas a los niños a memorizar un texto sobre quién era Garcilaso y quién Lope de Vega, pero no les enseñas a Garcilaso o a Lope de Vega. Es importante saber contextualizar, pero repetir fórmulas convierte la literatura en algo muy mecánico y no permite comprender la magia de España en este terreno" afirma la escritora.
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4 de agosto de 2013

Unamuno, lector supremo

Quizás lo raro sea ser lector: con esta frase acababa 'Los raros', el libro de Pere Gimferrer que silueteaba a los componentes de una larga cabalgata de autores marginales, poco o nada leídos, excesivos o meramente inalcanzables. Ser lector, sí: eso sí que es raro. Entre los lectores, los mejores son aquellos capaces de transformar lo leído para agrandar la literatura, los que utilizan lo leído para llegar a un sitio distinto que, estrictamente, no estaba en el texto utilizado de trampolín. Lectores activos cuyo señor esencial es sin discusión Don Quijote: al fin y al cabo es el personaje que, paradójicamente, para señalar la insuficiencia de la literatura -los libros de caballerías-, necesita salir a los caminos de la vida -que no son más que literatura, claro. A su sombra de lector activo, Miguel de Unamuno. Leer más