19 de noviembre de 2020

Y Julia retó a los dioses


 Ante todo debo reconocer que soy adicta a “las novelas de romanos”. Por tanto, he leído mucho de Santiago Posteguillo, y la saga de Julia Domna era uno de mis objetivos en este extraño 2020.

Tras, Yo, Julia, volvemos a encontrar a la protagonista instalada en el poder, manejándose de forma inteligente y sagaz entre hombres, combatiendo intrigas y traiciones que rodean tanto a su marido, el emperador, como a ella, mujer poderosa.

¿Es más difícil mantenerse en la cima que llegar? Julia lo va a comprobar por sí misma. Julia, hija de reyes, madre de césares y esposa del emperador Severo, tiene como objetivo instaurar una dinastía.

Julia Domna, mujer adelantada a su tiempo, deberá sobrevivir a todas las diversidades que surjan en su camino para llevar a cabo su sueño.

Para ello debe mover sus hilos y manejar toda su capacidad estratégica. Pero Julia no sólo tiene que luchar contra hombres dispuestos a todo con tal de conseguir el poder, sino también debe enfrentarse a los dioses de Roma, que no ven con buenos ojos a una mujer tan ambiciosa. Además, tiene que resolver enfrentamientos en el seno de su propia familia, ya que sus dos hijos pugnan por ser el único emperador de Roma. Y, para más “inri”, debe luchar contra la enfermedad.

Esta Julia no es la misma de la primera novela de la saga de Posteguillo. Aunque sigue siendo la mujer valiente y decidida, bella e inteligente, gracias a la cual su marido consiguió ser emperador de Roma, ahora hace suyo el lema de “el fin justifica los medios” y, para ella, nada ni nadie es obstáculo para su objetivo. No importan sacrificios, propios o ajenos. Lo único que importa es que su dinastía, ya instaurada, continúe en el poder, al precio que sea. Julia es un personaje tan potente, con una personalidad tan arrolladora que hace que el resto de los personajes quede difuminado y que los lectores caigan rendidos a sus pies como súbditos más, fieles a su causa.

Vuelve Posteguillo a regalarnos una novela en la que la venganza, la traición, la lucha en el poder y las grandes pasiones llenan sus casi 800 páginas en las que lo humano y lo divino se mezclan, ya que los lectores somos testigos del enfrentamiento que provoca Julia Domna en los dioses, ahora divididos en dos grandes bandos, uno en contra de Julia, encabezado por Vesta que no quiere una emperatriz extranjera, y el otro a favor, encabezado por Minerva.

La asamblea de los dioses, las continuas referencias mitológicas, la descripción tan minuciosa de las costumbres romanas, las creencias de la época hacen que la lectura sea adictiva y quieras saber cómo termina el proyecto de Julia sin descanso. Llama la atención cómo se recrea la frialdad con la que se tomaban decisiones en el Imperio para conservar poder y vida, o para que alguien las perdiera. La novela podría considerarse como deliciosa y placentera clase de historia, magistralmente narrada, siguiendo la línea de trabajo sobre la cultura romana de Santiago Posteguillo. Este autor, desde mi punto de vista, destaca por su labor de documentación, que integra a la perfección en la narración, sin aburrir con datos innecesarios y manteniendo un ritmo constante y emocionante. Consigue una magnífica ambientación de la época romana.

Esta segunda novela, con menos batallas que en la primera, tiene un ritmo que no da respiro. Los lectores acompañamos a Julia en su evolución hasta la lucha final con la muerte, con un final emocionante. Para mí es una novela altamente recomendable.

Estrella Olivares García, miembro del equipo colaborador de Biblioteca

 

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