23 de febrero de 2020

Dispara, yo ya estoy muerto

“Hay momentos en la vida en los que la única manera de salvarse a uno mismo es muriendo o matando”, así decide Julia Navarro comenzar este libro. Con esta reflexión nos adelanta hacia donde nos conducirá la historia que iremos descubriendo en Dispara, yo ya estoy muerto
   En esta novela, de casi mil páginas, Julia Navarro se mete de lleno en el conflicto entre judíos y palestinos a través de la historia de dos familias, los Zucker y los Ziad. Para ello, utiliza a dos personajes clave, Marian Miller y Ezequiel Zuquer.
   La historia comienza con el encuentro entre Marian, una cooperante de una ONG pro-Palestina que quiere indagar sobre ciertos terrenos ocupados, y Ezequiel, un viejo judío padre de uno de líderes de la política de ocupación, que es a quien realmente está buscando ella. Los dos personajes entablan una conversación en la que van intercambiando fragmentos de una misma historia, la de Ahmed Ziad y Samuel Zucker, a lo largo de los capítulos de este libro.
   La narración comienza a finales del siglo XIX en Rusia, durante la última época zarista, de donde tiene que salir huyendo Samuel al ser perseguido por su condición de judío. Por esta razón, tras recorrer varios países europeos, llega a Palestina, la tierra de sus antepasados. Al llegar a la Tierra Prometida, adquiere las tierras de Ahmed, de raíces árabes y cuya familia siempre ha vivido ahí. Entre los dos se establece un fuerte lazo de amistad, por encima de diferencias religiosas y políticas.
   En esta novela se entrelazan dos historias, dos formas de ver un mismo hecho, que nos permite conocer las dos caras del problema. Descubriremos el origen del conflicto, viviremos las relaciones de estas dos familias durante varias generaciones y veremos cómo se va dañando la convivencia entre judíos y palestinos. Veremos cómo el pueblo judío siempre ha sufrido persecuciones pero, veremos también, cómo los palestinos tuvieron que hacer frente a una invasión de su territorio. Se nos muestra cómo la brecha entre las dos comunidades fue agrandándose y sus posturas se convirtieron en irreconciliables. Nos daremos cuenta del sinsentido de esta lucha que aún llega hasta nuestros días, disputándose una tierra que cada uno cree suya.
   Julia Navarro narra todo esto de una forma magistral, preocupándose hasta del más mínimo detalle. Como en todas sus novelas, destaca la precisión con la que describe la trama histórica. Gracias a esto, nos ayuda a entender la historia de Oriente Próximo. Además, nos lo explica mostrando su respeto hacia las dos partes, sin decantarse por ningún bando. Por otro lado, la caracterización de los personajes también es destacable y, aunque son muchos, la autora consigue que no tengas que volver atrás para recordar quiénes eran. Una novela que engancha a cada paso con las vivencias de cada uno de ellos.
   Dispara, yo ya estoy muerto es uno de esos libros que después de leerl te acompañan durante un cierto tiempo; de los que te marcan. Una amena lección de historia sobre Oriente Próximo, que nos enriquece y emociona hasta el punto de llegar a humedecer mis ojos en más de una ocasión. Una novela que nos desvela lo absurdos que pueden llegar a ser los seres humanos.


Reseña realizada por Natalia Personat Gálvez, miembro del equipo de Lectura y Biblioteca



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