17 de noviembre de 2016

Filosofía necesaria como el pan de cada día

Que lo necesario no es lo mismo que lo útil es una premisa que se le escapa a la mayoría de los idiotas que rigen hoy en día nuestros destinos. Que lo inútil es más necesario que lo práctico es también una verdad ampliamente ignorada. En un mundo en que los valores se desmoronan y la ignorancia se alía con el miedo para regalarnos sorpresas vomitivas de pelo naranja y anunciarnos que, cuidadín, lo próximo puede ser aún peor, se celebra el "Día Mundial de la Filosofía".
Esta disciplina ha sido una de las muchas víctimas de un estúpido concepto de la educación como método para formar trabajadores infatigables y calladitosqueestáismásguapos. Han intentado acabar con ella de una manera clásica: divide y vencerás. Y ahí tenemos a nuestros pobres colegas de Filosofía impartiendo clases a base de cachitos de una hora...
Un amigo cercano con el que comparto lecho e hipoteca desde que era casi una cría me dice "que desertó de la poesía hacia la Filosofía porque vio que esta se le quedaba estrecha para abordar los problemas que le asaltaban". Mi camino fue justo al contrario e imagino que en ese cruce nos encontramos. "La Filosofía no soluciona problemas -me dice- Los resuelve; o sea, te ayuda a reconciliarte con ellos porque con ellos tienes que convivir"
Recuerdo mi relación apasionada y nada erudita con esta forma de pensamiento: desde los primeros tanteos en BUP a manos de un cura bastante poco tolerante hasta las abismales reflexiones de Filosofía del Lenguaje, ya en la carrera. Inolvidables las sesiones - que se diría hoy- humeantes en el instituto (entonces se fumaba en clase). Nuestro profesor estaba muy agobiado porque temía el momento en que debía explicarnos a Hegel. Cuando llegó ese instante, se dio de baja.
Le debo mucho a la Filosofía, como mi amigo Germán. Y tengo claro que hoy es más necesaria que nunca: " más necesaria que el aire que respiramos trece veces por segundo" que dijo Celaya de la poesía. Inútil y necesaria para pensar, resistir, comprender y dudar, tolerar, equivocarse y recomenzar. Inútil y necesaria para volver a ser Humanidad.
Hoy Concha, Susana y Paco han celebrado en el Juande esta efeméride. Y el centro se ha poblado de profes, alumnas y alumnos con la lechuza en ristre, explicando, dibujando, pensando, discutiendo sobre Filosofía. El instituto ha brillado en medio del gris que nos asola últimamente. Ha habido menos gritos o tal vez yo no los he oído.
Gracias, compañeras de Filosofía. Porque para quienes se empeñan en defender que solo vale lo que hace feliz también tengo respuesta. Hoy la Filosofía me ha hecho feliz.

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