27 de noviembre de 2016

El silencio que pesa

No pudo ser la cadena. Los dioses no nos fueron propicios o tal vez nos pusieron a prueba. La alternativa era el silencio. Un silencio pesado, un silencio atronador que actuara como un grito unánime contra la violencia machista. Era difícil. En un centro donde el ruido nos acompaña cada día teníamos miedo de que las risas, las bromas, los nervios mancharan algo que debía ser un canto claro y fuerte a la vez.
Y fue. Porque los alumnos y las alumnas de Juan de Mairena nos demostraron el pasado 25 que son capaces de mucho más. Que solo tenemos que confiar en lo que pueden ser y hacer. Más de mil personas en un entorno cerrado gritaron con la boca cerrada que no, que basta ya de tanto dolor y tanto dominio. Nos dijeron sin hablar que el amor debe ser libre. Proclamaron sin decir una sola palabra que soy mía y eres tuyo y de nadie más.
Después vinieron las palabras necesarias y la música, dulce y fuerte. Pero lo más impresionante, lo que nos erizó la piel a más de uno, a más de una, fue el silencio. El silencio que pesa.


1 comentario:

  1. Je ne peux rien ajouter et je ne peux rien enlever. Il ne me reste qu'à répéter bien fort "BRAVO!"

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