Muy a menudo, cuando nos olvidamos de lo importante que es y descuidamos nuestra escritura, la primera en salir perjudicada es la puntuación. ¡Qué complicado es entender un texto mal puntuado, y qué trabajoso leerlo!
Amén de las indicaciones de la Real Academia Española al respecto, es muy útil el libro de José Antonio Millán, Perdón, imposible. Guía para una puntuación más rica y consciente (RBA
Libros, 2005). En el prólogo al práctico manual, Millán recuerda una
anécdota que ha proliferado en los ambientes escolares de boca en boca
con el fin de demostrar lo importante que es puntuar bien. Merece la
pena reproducirla.
Atribuida a Carlos V, aunque a veces figura
referida a otros reyes, la anécdota cuenta que al emperador se le dio
para ser firmada una sentencia que decía lo siguiente:
Perdón imposible, que cumpla su condena.
Sin
embargo, al monarca le pudo su bondad y antes de devolver la sentencia
firmada, cambió la coma de lugar, dejando la frase así:
Perdón, imposible que cumpla su condena. Leer más.
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