Parece frívolo o innecesario o inadecuado conmemorar el 8M, Día de la Mujer, en medio de una pandemia y mientras contemplamos con horror una guerra tan cercana y tan bestia que ha removido hasta el fondo nuestras fibras.
Pero pido la
paz y la palabra porque:
24 de cada
cien niñas en Honduras son víctimas del matrimonio infantil
Más de 200
millones de mujeres y niñas vivas han sido actualmente víctimas de mutilación
genital femenina en todo el mundo
Isabel, de
45 años y madre de dos hijos, fue asesinada el pasado jueves a tiros por su
expareja. 43 asesinadas en 2021 por violencia de género. 30 huérfanos en 2021
por violencia de género.
Porque la
violencia SÍ tiene género.
Pido la paz
y la palabra porque:
Desde el
estallido de la COVID 19 la violencia contra las mujeres y las niñas se ha
intensificado en todo el mundo. Más aisladas en sus hogares, han tenido menos
posibilidades de ser ayudadas (ONU)
47 millones
de mujeres y niñas han llegado a una situación de pobreza extrema en 2021 como
consecuencia de la COVID19 (ONU)
7 de cada 10
profesionales de la Salud en todo el mundo son mujeres, lo que explica que más
mujeres han estado expuestas al contagio. Los contagios de sanitarias en los
primeros meses multiplicaron por tres los de los hombres.
Pido la paz
y la palabra…
Porque las
Humanidades, las Ciencias, las Artes, la Historia han silenciado nuestros
nombres hasta hacernos creer que el femenino era solo sinónimo de madre,
esposa, bruja o santa. O nada.
Porque la
revolución será feminista o no será. Una revolución sin bombas ni sangre ni
víctimas. Una revolución donde mujeres y hombres feministas luchemos juntas y
juntos por conseguir lo que es un derecho y no un regalo. La igualdad real. La
libertad. Los mismos derechos, las mismas oportunidades, los mismos sueldos,
los mismos retos…
Pido la paz
y la palabra. Para Ucrania. Por Ucrania. Hoy, por las mujeres que escapan de su
tierra con sus mayores y sus hijos. Por las que se quedan luchando en una
guerra que no han provocado. Por las que serán, si no lo son ya, como en todas
las guerras, el campo de batalla. Por las que sostienen los cuerpos de los
enfermos, y de los muertos. Y por las que intentan explicar a los niños cuentos
que les hagan creer que lo que ven es un simple juego y no una pesadilla real.
Pido la paz
y la palabra. Pido la paz. Pido la paz. Y hoy, 8M, Día de la Mujer, pedimos,
suplicamos, gritamos:
NO A LA
GUERRA
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