Los maestros no tienen patria. No importa que seas de allí y te escriba desde aquí. Has educado a cientos, a miles de alumnos y alumnas y les has enseñado mucho más que Historia. Les has enseñado a amar la Historia, a conocerla, a pensarla y a recrearla. Has conseguido que muchos, muchísimos abran los ojos por primera vez y vean. Que muchos, demasiados tal vez, no se conformen. Has sembrado la duda, la curiosidad, la pasión, la incertidumbre. Has logrado que muchos jóvenes digan no. Y que otros muchos digan sí. Los maestros no tienen patria porque su deber es formar ciudadanos y no patriotas. Como has hecho tú. Has ayudado a que muchos niños y niñas se conviertan en personas.
Si hay alguien a quien una persona no olvida jamás es a su maestro. O a su maestra. Si hay alguien a quien una madre no deja jamás de rendir admiración es al maestro de sus hijos. Tú has sido el maestro de mi hijo. Gracias.
Te conocí con cara de niño y te vas, algunos años después, con la misma cara de niño. Porque no has perdido la ilusión y las ganas. Porque has luchado siempre. Porque vas a seguir haciéndolo. Aunque quieras, no puedes envejecer. Tienes el alma grande y caben en ella demasiadas cosas aún. No dejes que nada la corroa. Cuida la libertad que te mereces. Disfruta de todo el amor que has dado.
Espero que dentro de no mucho volvamos a recorrer juntos la ciudad de Rinconete. Y a vivir las andanzas de don Quijote. Quiero ponerme una túnica o mi traje de Gilda muerta y volver a compartir contigo unas tablas y unas risas. Lo que hemos vivido juntos forma parte de los dos. Estoy a tu lado. Siempre.
"... Sé tan feliz como si yo estuviera a tu lado
(No estés demasiado seguro de que no esté contigo)"
(W. Whitman)
Impresionante,emotivo.Cuánta admiración y reconocimiento. Sólo tú lo sabes plasmar con tan bellas palabras
ResponderEliminarSencillamente brutal Leo. Maravillosas palabras dirigidas a una persona maravillosa.
ResponderEliminarPrecioso, emocionante y sincero. No merece menos nuestro querido amigo.
ResponderEliminarQuerido Esteban,
ResponderEliminarJamás olvidaré tus clases de historia, nuestra historia de España. Esas clases que con pasión nos dabas, donde te entregabas para que sacáramos el máximo de ellas. Gracias a tus enseñanzas, nunca podré dejar de pensar en las historias que hay detrás de muchos rincones de Sevilla, donde la pobre Susona murió, la alineación de torres con la Torre del Oro que se esconden en los edificios actuales y formaban la muralla, el callejón del Agua... Inolvidable etapa de mi vida la que viví aquellos años en el Atenea y de la que tú tambié formas parte y que ayudó a hacer de mí lo que hoy soy. Gracias por todo, Esteban. Un abrazo enorme.
Anabel (Atenea, 2°BTI, 2009)
Esteban. Tú y tus clases. Tus clases y tú.
ResponderEliminarGracias por volcarte en darnos la historia reciente desde la objetividad y la crítica. Si bien mi vida profesional se alejó de estas ciencias, mucho de mi pensamiento crítico en mi vida diaria es hijo de esas clases. Mientras escribo no puedo dejar de pensar en el siglo XX en el estado a través de tus palabras y en concreto con cariño y respeto la II República.
Disfruta de la jubilación que tanto te has trabajado durante una vida dedicada a la historia, la docencia y a nosotras, tus alumnas.
Un fuerte abrazo,
César (2°BTI Atenea, 2009)
Esteban, no bromeo cuando te digo que sigo guardando mis apuntes de historia, los únicos apuntes míos que probablemente siguen moviéndose fotocopiados por alguna taquilla ajena.
ResponderEliminarCada vez que hago una limpieza general del cuarto, siempre llega a mi la vieja carpeta y tras ojearla unos minutos la aparto para conservarla. Me digo a mi mismo, "joder, son tan buenos que seguro que le sirven a Paco". Mentira; ahora que les han cambiado todo, a lo mucho que pueden aspirar es a pisapapeles con clase... Pero es que no puedo tirarlos. Ese año me hiciste vivir la historia de España; pasó de ser una asignatura que se antojaba pesada a principio de curso, a una hora de clase que esperaba con ilusión semana tras semana.
Esa pasión que destilabas dando clases era contagiosa, animaba a formarse más allá de los libros, a intentar dejar una huella en alguien como tú la has dejado en todos tus alumn@s. La palabra clave está en intentar, porque es difícil llegar a tu altura... Sin embargo eso no me impide disfrutar del camino. Gracias por tanto, maestro.
-Javi
Cuando la amistad se nutre de tan hermosos sentimientos y tan cariñosas palabras, uno siente pudor de expresar lo que siente y manifestarlo con sabiduría. Habláis de suerte de habernos encontrado, cuando la suerte es de quien sabe buscar, escuchar y aprender. ¡Cuánto he aprendido de mis amigas, de mis compañeras de fatigas docentes, pero también de felices descubrimientos dentro y fuera de las aulas! ¡Cuánto he aprendido de mis alumnos y alumnas! ¡Cuánto voy a echar en falta la frescura de su juventud y la curiosidad permanente!
ResponderEliminarPero ahora subo en mi jumento y vuelvo al camino a comenzar otra etapa de este peregrinar que es vivir. Como canta Joaquín Sabina: "...viví para cantarlo", pero siempre "...with a little help from my friends."
Gracias, cuando lleva tanto en su interior, es una palabra muy pequeña.
Esteban