18 de abril de 2015

El peor libro

A ver, no nos engañemos: los lectores asiduos, los apasionados, los casuales, los obligados y etc nos hemos topado alguna vez con un libro intragable. Hemos llegado a una página que se nos ha clavado en la garganta como una espina de sardina a la plancha. O, siguiendo con las metáforas gastronónomicas, el libro se nos ha "hecho bola" de tanto masticarlo y masticarlo sin conseguir que pasara más allá. Los títulos no importan. Dependen de la persona, el momento, la situación... pero es realmente raro no haber pasado por esta experiencia.
Pues aquí estamos para desahogarnos. Esta entrada es poco "educativa", bastante terapéutica y muy muy gamberra. Vomita. Despotrica. Comparte tu trauma con nosotros. Critica sin respetar ídolos y genios. Guarda las formas, eso sí... También puedes utilizar esta espacio sin censura como confesionario. A veces leemos cositas de las que nos avergonzamos el resto de nuestra vida lectora. Yo tengo más de un pecado al respecto... (Ay, que me he leído Crepúsculo y engendros peores...)
En breve se celebrará el "Día del Libro" y tendremos ocasión de mostrar nuestro amor a la lectura. Mientras tanto, vaciemos el alma de basura y remordimientos. Sin complejos. Con frescura y un poco de osadía.
Y que conste que esto es cosa mía y no de Bibliojuande. 

3 comentarios:

  1. Ahí va el mío, muy reciente: "Trilogía de la ocupación" de Patrick Modiano, premio Nobel de este año. Llegué a la página cincuenta, pensé "no estoy inspirado"; leí otro libro, no recuerdo. Volví a cogerlo, en página ochenta pensé... "¿de qué me he enterado hasta ahora?” De nada, no había entendido nada. A pesar de todo y debido a las excelentes críticas de gente muy sabida, le di otra oportunidad al poco tiempo: "Esa noche me paseé por las orillas del Ródano pensando en Jean Giraudoux, en Colette, en Marivaux, en Verlaine, en Charles d´ Órleans, en Maurice Scève, en Rémy Belleau y en Corneille".
    Lo cerré y hasta hoy que he ido a buscar la cita. Bien cerrado sea. Amén

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  2. "Los libros arden mal". Estuve a punto de comprobar empíricamente la veracidad del título. Y que conste que adoro a Rivas. Mea culpa, imagino...

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  3. Un día se me ocurrió empezar a leer "El capitán Alatriste"; lo dejé a la mitad entre arcadas de espadachines...

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