21 de mayo de 2014

Quino, premio Príncipe de Asturias


La niña que filosofaba nació de la pluma de un ilustrador que pensó en hacer dibujos mudos. Quino, el viñetista que hoy ha recibido el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, adoraba el arte silente de Buster Keaton. Por ese sendero siguió hasta que en una redacción de Buenos Aires le dijeron que el humor necesitaba palabras. Quino aceptó el consejo o la exigencia y llenó sus viñetas de nubes. A veces con diálogos socráticos, a veces con las palabras justas, como cuando Mafalda, la niña filósofa con sopofobia que convirtió a Quino en un dibujante universal, solo acierta a gritar:
-¡Paren el mundo, qué me quiero bajar!
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