9 de febrero de 2016

TODO, TODO


Madeline padece una enfermedad poco frecuente llamada SCID  o un caso grave de inmunodeficiencia combinada, es decir, la protagonista es una niña burbuja. Maddy es alérgica al mundo exterior y nunca se había planteado salir y poner en riesgo su vida, hasta que Olly se mudó a la casa de al lado.
        El chico la tenía intrigada, hacía que quisiera ver el cielo con sus propios ojos y no a través de un cristal. Olly hacía que Madeline perdiera la cabeza y quisiera más, cuando ella siempre se había conformado con lo que tenía. Desde que Olly llegó, Maddy quería darle color a su vida, que siempre había estado pintada de blanco. Sin embargo, debemos recordar que Maddy está enferma y no puede salir o sí.       
        Me sorprendió la forma en que está escrito, es decir, es divertido y no se hace tan monótono como otros libros que he leído. Tiene ilustraciones, notas y diálogos en mensajes de correo. Me ha encantado cómo Olly veía a Maddy y viceversa. Me impresionó que la autora reflejara tan bien cómo puede sentirse un adolescente con ese tipo de enfermedad. Al final, me gustaría saber qué ocurre con la madre de Madeline, con Carla y con la familia de Olly. 
        Si tuviese que puntuarlo, le daría un 10 porque es un libro magnífico que me ha enseñado a valorar un poquito más las cosas a las que normalmente casi no presto atención.

              Se lo recomendaría a mi amiga Claudia, ya que sé que a ella le gustaría y le divertiría este libro.   

ROCÍO MIRANDA PÉREZ. 3º ESO B.

        

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