24 de junio de 2021

Eva

    

Eva mordió la manzana. Y a pesar de la ira de Dios, la mordió una y mil veces. Eligió el árbol del conocimiento y rechazó el de la felicidad ciega. No solo la mordió ella, sino que enseñó a caer en la misma tentación a los muchos jóvenes que han pasado por sus clases. Se tiró de cabeza en el paraíso denostado de las Humanidades y supo aunar mundos tan aparentemente dispares como el Arte y la Política… Consiguió hacer vibrar en las aulas y en ciudades de ensueño, el placer escondido de las obras de arte. Y ayudó a cientos de chicos y chicas a hacer algo tan peligroso como pensar, pensar libre y críticamente. Inoculó el veneno del gusto por la Historia, con mayúsculas, la que nos hace personas porque somos la memoria de los que nos preceden.

    Eva, curiosa como la también mal juzgada Pandora, decidió serlo en todos los sentidos. Y ha viajado convirtiendo cada ruta en una aventura. Ha viajado y ha enseñado a viajar. Su curiosidad le ha hecho nadar en las almas de sus amigos y amigas hasta conocerlos más que a ellos mismos, con un amor y una lealtad envidiables. Con ese mismo cariño ha embelesado a sus alumnos con su saber y con su icónica sonrisa.

    Eva, mujer con arrojo, inteligencia y sabiduría, inconformista, rebelde con causa, honrada y coherente con sus propias incoherencias… Todo eso late en su corazón tierno de niña. Demasiado para un mundo tan mediocre y a la vez tan apabullante.

    Eva ha sabido moverse en el universo convulso de la educación con una profesionalidad y una integridad difícilmente superables. Porque ella pertenece a una generación del Juande que es la responsable de que nuestro centro se convirtiera en un ejemplo de lo que debe ser la enseñanza pública: consenso, diálogo, aprendizaje y escucha, sordera frente a una administración estúpida, vocación, compañerismo, conocimiento.

    Eva ha terminado su carrera laboral en uno de los momentos más difíciles de la Humanidad, en medio de una pandemia donde el virus del COVID se ha aliado con los de la ignorancia y la estulticia para amargar más aún la difícil vida de los docentes. Y aun así, no se ha rendido. Se ha entregado hasta el último día. Sin dejar su sonrisa.

    Es muy difícil ir viendo, año tras año, cómo las personas grandes que construyeron y mantuvieron el proyecto del IES Juan de Mairena se han ido retirando al feliz exilio de la jubilación. Es duro sentir que tenemos que continuar sin esas personas.

    Eva, tú eres una de ellas. Necesitamos fuerza y mucha vocación para mantener el célebre espíritu del Juande que tú has encarnado hasta el final, una fórmula mágica hecha con ingredientes que no son sencillos: la generosidad, el conocimiento, el respeto a la diversidad, la libertad y la convivencia. Este centro te debe mucho. Estas palabras torponas pretenden ser uno de esos abrazos prohibidos en estos tiempos y una muestra sobradamente merecida de agradecimiento.

    (Gracias, Eva. Te debo muchas cosas pero especialmente el cariño con que me acogiste cuando la quinta del 59 me abandonó vilmente. Y tu apoyo constante en uno de los períodos más difíciles de mi vida, cuando estuve a punto de “caminar hacia la luz” y enterarme -quién sabe- de qué interés tenía realmente Dios en que no mordieras la manzana…)

8 comentarios:

  1. LUCÍA MUÑOZ Y DE ADRIÁN USAGRE.

    Para Eva:

    Gracias por habernos enseñado a apreciar el arte de la forma en que tú lo haces. En los dos años de bachillerato, no solo nos has enseñado historia o política sino también has sido nuestra madre, nuestra compañera de viaje y nuestra confesora y eso es algo que siempre llevaré conmigo. Aunque este año te despidas del Juande, tú siempre serás parte de su esencia. Espero que disfrutes de esta nueva etapa que tan merecida tienes. Nos vemos pronto:)

    Palabras de Adrián Usagre:

    Referente. Es la palabra que mejor te define. Siempre has sido un espejo donde de deben mirarse todos los profesores. Eres capaz de conseguir lo que pocos profesores logran que es que los alumnos disfrutemos cada vez que vamos a tus clases. Más que una profesora, eres una amiga en quien confiar y un apoyo para el alumnado. Gracias a ti supe que tenía que estudiar historia y eres el espejo donde me miro. Pero también eres un referente como persona. Encarnas los valores de humildad, cercanía y hacer reír y disfrutar a las personas que tienes cerca. Ahora el Juande sonreirá un poco menos por las mañanas. Disfruta de esta nueva etapa que tanto te mereces. ¡GRACIAS EVA!

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  2. Hola Eva, soy Paco Cruz, uno de los alumnos que más cosas enseñaste y más ayudaste a madurar y no solo en el ámbito académico.

    Si de algo estoy seguro, habiendo pasado una carrera y justo en medio de una oposición, es que no hay mayor satisfacción que el recuerdo que te pueda dejar cada etapa en la vida.
    En la etapa de los seis años que pasé en el Juan de Mairena han habido muchísimos recuerdos bonitos donde apareces como figura de profesora y ejemplo.

    Gracias por darnos la capacidad de estudiar aprendiendo y disfrutando de ello. Por aportarnos conocimientos que jamás llegaríamos a interiorizar si no fuese por tus maravillosas clases con su aporte de buen humor.

    A día de hoy cuando paseo por las calles de alguna ciudad que no había visitado antes recuerdo algunos truquitos de arte que nos diste para diferenciar el gótico del románico y diferenciar también el renacentismo con el neoclásico. Y me marco alguna perlita que aprendí del maravilloso curso de Historia del Arte. Desmonto teorías políticas de las que no estoy de acuerdo gracias a esas clases de Pensamiento Político que tanto me impulsaron a aprender más de mi ideología actual.
    Me he convertido en todo un reivindicador, Eva.

    Aún sigue una parte del niño que tenía en esos años dentro de mi, pero vaya decepción el ser adulto. Yo quería crecer sin saber que los años de instituto iban a ser los más bonitos sin duda y que profesoras como tu formaran parte de ello los hacen aún más especial.

    Te jubilas pero tu esencia seguirá por todos los pasillos de Juan de mairena, igual que quedó la esencia de Victoria, Carmen, Charo, Estela y todas aquellas profesoras que nos enseñasteis a crecer con unos principios académicos que más de uno quisieran tener.

    El Juan de Mairena jamás dejará de ser hogar y es algo que lograsteis vosotras, sin duda alguna.

    Espero que sigas enseñando cosas tan bonitas fuera del aula. Jamás pierdas tu esencia.
    Gracias por todo lo aprendido.

    Espero verte. Más pronto que tarde.

    Un beso y abrazo tan grandes y maravillosos como tu paso por el Juande.

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  3. Hola Eva! Escribirte esto se hace rarísimo. Supongo que siempre tendemos a pensar que, aunque nosotros crecemos, el resto del mundo sigue en su sitio.
    Y es que justo en mi primer año como maestra en un instituto, una de mis mejores profesoras termina una etapa.
    Como alumna, recuerdo cómo hacías de la historia una asignatura emocionante, de la historia del arte, una manera de expresar, y del pensamiento político una forma de entender el mundo en el que vivimos.
    También como siempre llevabas la sonrisa puesta, y caramelos en el bolsillo.
    Como siempre había un momento para hablar y para escucharnos. Quizás al fin y al cabo era lo más importante.
    Ahora, que yo soy la que tengo que hacer cada momento una situación de aprendizaje, que le doy caramelos a mis niñ@s y que escucho todo lo que me cuentan.... veo y valoro aún más todo el trabajo que hiciste.
    Tenerte como profesora fue un regalo, poder aprender de ti, todo un máster.
    Solo me queda desearte que, en esta nueva etapa que empiezas disfrutes muchísimo, estés orgullosa de todo lo que has hecho, y vivas cada día cómo si fueses uno de esos chicos y chicas que hemos pasado por tus manos: sin mucha preocupación y muchas ganas de todo.

    Te mando un abrazo enorme con olor a caramelo de café.

    Elena Castro Hans.

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  4. CARTA DE ISABEL FERNÁNDEZ (EX ALUMNA)
    A mi tutora.
    Eva, felicidades por tu tan merecida jubilación, no sé cual será el resumen que te llevarás de tu vida laboral, sin embargo el recuerdo que yo me llevo tuyo está en mi corazón en forma de marca. Porque sí, eres de esas profesoras que dejan huella en el alma y, si me lo permites como ya “colega” de profesión, eso es lo que más valoro en un docente. Espero algún día ser la mitad de buena profesora que lo fuiste tú y no me refiero a contenidos, que también, me refiero a tu forma de llegarnos, de ayudarnos, de estar siempre, de reñirnos cuando nos lo merecíamos y recompensarnos cuando hacíamos las cosas bien. Marcaste dos años muy importantes de mi vida, como seguro que has marcado la de muchos en toda tu carrera. Gracias por tanto aportado, un poquito de lo que soy ahora es gracias a ti. Disfruta mucho de tu nueva etapa. Una alumna que nunca te olvida, Isa Fernández ️

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  5. Hola Eva, soy Helena, alumna tuya de hace diez años. Madre mía como pasa el tiempo, y sin embargo recuerdo perfectamente el aula y a ti, como una persona alegre y cercana, que nos tratabas con respeto y nos invitabas a hacer una profunda reflexión sobre la Historia del Mundo Contemporáneo. Me encantaban tus clases Eva y me encantabas tú. Personas como tú son las que me animan a tomar el camino de la enseñanza. Fuiste de esas profesoras que marcan, de esas que se disfrutan, que te hacen enamorarte de un ámbito del conocimiento y de esas que no se olvidan. Espero que te marches a tu jubilación orgullosa de ti misma y feliz por todo el tiempo que ganas para ti misma, para tu gente, para lo que te apasiona. Gracias por habernos entregado tu tiempo, tu energía y tu amor a todas las generaciones de chavales, que ahora tenemos un conocimiento más profundo y cercano de la Historia gracias a ti. Recuerdo que en pleno momento de dudas de si empezar con el estudio de oposiciones o no, os encontré en el teatro López de Vega a ti, a Concha y a Carmen. Me hizo tan feliz veros, que os acordarais de mi y que me animaseis a ir al instituto y encontrarnos para hablar de qué es eso de ser profesora. Te estoy muy agradecida por el apoyo en el paso de testigo y me emociona decírtelo. Seguimos en contacto, mi querida profesora de Historia. Un abrazo enorme. Helena Colsa Mira

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  6. Me uno a esa ristra de menciones tan merecidas de gratitud, admiración y afecto. Siempre me ha llamado la atención esa bella relación entre antiguos alumnos y Eva. También voy a echar de menos sus análisis políticos tan certeros e ilustrados de la profesora Márquez, pero como ya se ha dicho, destaco su buen trato en la distancia corta y su sentido de pertenencia a un centro y a un modelo de enseñanza en los grandes asuntos del centro y de educación en general. Gracias por tanto, querida Eva.

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  7. Querida Eva:
    Te voy a regalar el bastón que me compré durante mi primer año de jubilado. Me daba vergüenza salir a las diez de la mañana a la calle y notar las miradas envidiosas del vecindario. Con el bastón me hacía el cojito y parecía más viejo. Pero no colaba. Siempre he parecido muchísimo más joven de lo que soy. Alguien incluso, -hay personas con poca educación-, se atrevió a decírmelo a la cara: “Ya tú tan joven, y viviendo del cuento”. Se me apreció el Espíritu Insanto y le respondí: “Yo es que siempre he vivido del cuento, y antes más que ahora”. El envidioso lo entendió por el lado que más le convenía y me dijo sacando espumarajos por las comisuras de la envidia: “Es que los maestros no pegáis un palo al agua”. Entonces subí a casa, guardé el bastón y desde ese día no he cogido el ascensor, subo y bajo las escaleras de dos en dos, y en vez de a las diez procuro salir a las once con mis gafas de sol y mi sombrero de paja. A veces en chanclas. Se me quitó la vergüenza del qué dirán.
    Querida Eva, lo he pensado mejor. No te regalo el bastón, porque tú nunca has participado de esas vergüenzas mías. Eres mucho menos hipócrita. Eso sí, tienes que venirte a mi barrio para que, ya sin mascarilla, nos vean montados en los columpios de los niños y que así los más mayores nos puedan regañar a conciencia. Porque los envidiosos han sobrevivido a la pandemia.

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  8. El Juande es mi casa, una casa muy querida y muy vivida, por la que han ido pasando gente maravillosa (alumnos, compañeros, amigos...) de las que siempre, como una vampira, he ido alimentándome. Mi casa del Juande ha ido creciendo y transformándose sin parar y a veces, algunas veces, me he sentido incómoda y he pensado que quizás era hora de emprender una mudanza.
    Pero creo que no lo pensaba en serio Es tan difícil desprendernos de lo que amamos!
    Y ahora ya sí, éste era el momento, ya llegó la hora de la mudanza, da muchísima pena dejar lo que nos alimenta (los alumnos, educar...), pero me siento tan feliz por todo vuestro amor!
    Gracias, muchas gracias a todos por acompañarme estos años. Os deseo toda la felicidad que me dais.
    Un abrazo

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