El último Barco (Serie Comisario Leo Caldas, nº 3)
Domingo
Villar. Editorial Siruela.
Autor y Estilo:
Domingo Villar es un escritor gallego (escribe habitualmente en este idioma) que vive en Madrid. Ha publicado hasta la fecha 3 novelas policíacas, todas ellas protagonizadas por el inspector Leo Caldas, que han tenido mucho éxito editorial y han sido traducidas a diversos idiomas. La segunda de estas, La playa de los ahogados ha sido también llevada al cine.
El estilo de Villar es sencillo y directo. Utiliza un lenguaje accesible y combina a la perfección descripciones realizadas con economía de lenguaje, pero de una gran belleza, con diálogos rápidos, y el resultado es muy “cinematográfico”, ya que el lector se sumerge en el libro como si lo hiciese en una película, siendo un espectador privilegiado de las pesquisas de Leo y Estévez, los protagonistas.
Argumento:
El último barco es una novela policíaca, protagonizada por el Inspector Leo Caldas, que recibe un martes el encargo de su jefe de investigar la desaparición de la hija del prestigioso cirujano Andrade (al que el Comisario está muy agradecido por haber salvado la vida de su esposa). La hija del cirujano lleva desaparecida desde el jueves anterior. Durante el resto de la semana, Leo y su ayudante Estévez, trataran de reconstruir el escenario de la desaparición de la joven, profesora de cerámica en la Escuela de Artes y Oficios de Vigo, a través de los personajes que la rodean en la Escuela y en la pequeña localidad rural en la que ésta vive.
Personajes:
Quizás lo más interesante de esta obra no sea ni la intriga policíaca ni la acción (apenas “pasa nada”, al menos en apariencia) sino el análisis de los personajes, algunos de los cuales ya aparecían en las dos entregas anteriores de la serie Leo Caldas (Ojos de Agua y La playa de los ahogados, ambas también muy recomendables) empezando, lógicamente por los dos protagonistas, Caldas y Estévez, los compañeros de la comisaría de Vigo, o el padre de Leo. Otros, como Andrade, Napoleón o Camilo Cruz aparecen en esta obra y tienen un protagonismo definido en la misma, pero también hay multitud de personajes secundarios, perfectamente descritos e integrados en el argumento de la obra: los profesores de cerámica, de construcción de instrumentos musicales, la profesora deDibujo, el conserje, la limpiadora, los parroquianos del bar… todos ellos, descritos tanto a través de lo que dicen como de lo que callan, van creando un escenario en torno al cual se van desarrollando las distintas etapas de la investigación.
El protagonista, Leo Caldas, inspector de policía de Vigo, soltero, introvertido, observador y algo inseguro, es un hombre amable y de costumbres fijas. No es un superhéroe ni un “lince”, se equivoca continuamente, pero tiene la capacidad de observar y la virtud de ser intuitivo, amén de una táctica de interrogatorios que acaba conduciéndole a la solución de los casos, por lo que es muy apreciado por su superior y por sus subordinados.
Su ayudante, Estévez, es un aragonés que no entiende el carácter de los gallegos (le ponen “de los nervios”, pero en cambio, está enamorado de los paisajes de Galicia. Bruto y a veces violento, difícil de controlar, pero trabajador, inteligente y con un gran corazón. Ambos son los personajes centrales, pero me gustaría destacar también a un personaje que me ha encantado, Napoleón, un mendigo sabio que “vende” frases en latín a cambio de una moneda y que establece una peculiar relación con el protagonista.
Por qué leer “El último barco”:
¿Te gustan las novelas policíacas? Esta es una novela policíaca con una trama argumental interesante, aparentemente sencilla, pero conforme avanzan las líneas de investigación vamos descubriendo cosas más complejas y viendo que no todo es tan simple como parece. Ojo: esta no es una novela en la que primen la acción, ni las aventuras, ni los crímenes escabrosos (tan del gusto de la narrativa nórdica y de algunos de nuestros autores más leídos), ni los bruscos giros argumentales… y ni falta que hace, porque es una novela sólida que se va “desenrollando” progresivamente ante nuestros ojos sin necesidad de trucos ni alardes pirotécnicos, tan habituales en los escritores mediocres.
¿No te gustan las novelas policíacas? No importan. Esta puede ser tu novela, porque, como ya comenté antes, la trama policíaca no es lo más importante de la misma. Importan mucho más los diálogos entre los personajes, las descripciones de paisajes y caracteres, de los estados de ánimo, de las mentalidades y de cómo pasan tantas cosas mientras aparentemente nada sucede…
El último barco es una novela de casi 700 páginas, pero no te dejes apabullar por su extensión, porque es una novela de lectura fácil, que “engancha” desde sus primeras páginas al lector y lo envuelve en una tela de araña de la que le resultará difícil salir hasta el final. El argumento es perfectamente creíble, transcurre en una pequeña localidad gallega en 2019 (el libro se publicó en abril del año pasado) y todo es próximo al lector, que se identifica fácilmente con los personajes.
En definitiva, léela, ¡vas a agradecerme el consejo!
Eva Mª Márquez Cárdenas, miembro del equipo de Biblioteca
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