El hombre que amaba a
los perros es un
libro de Leonardo Padura que me ha perseguido mucho tiempo.
Se escribió en 2009,
aunque se publicó en 2011. El autor, un novelista cubano, era un viejo conocido
mío, pues es el padre literario del detective cubano Mario Conde, protagonista
de novelas que he devorado con voracidad. Por este motivo, unido a la sugerencia
del título hizo que comprara el libro en cuanto se publicó, pero por azares del
destino no lo leí hasta este invierno. Confieso que me conmocionó su lectura,
los personajes están atravesados de tanta humanidad, que resulta difícil no
hacerlo. Tres hombres que tienen en común el amor hacia los perros, entrelazan
sus historias de manera sorprendente, como en la vida misma:
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Iván,
aspirante a escritor y ahora responsable de un paupérrimo gabinete veterinario
de La Habana, vuelve los ojos hacia un episodio de su vida, ocurrido en 1977,
cuando conoció a un enigmático hombre que paseaba por la playa en compañía de
dos hermosos galgos rusos. Tras varios encuentros, «el hombre que amaba a los
perros» comenzó a hacerlo depositario de unas singulares confidencias que van
centrándose en la figura del asesino de Trotski, Ramón Mercader. Gracias a esas
confidencias, Iván puede reconstruir las trayectorias vitales de Trotski, y de
Ramón Mercader y cómo se convierten en víctima y verdugo de uno de los crímenes
más reveladores del siglo XX.
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Los
otros dos son personajes históricos, León Trostky y Ramón Mercader. Este último
asesinó al revolucionario ruso en México, en 1940. El dato siempre ha despertado mi curiosidad, dado que
Mercader era un comunista catalán que decide torcer su destino para convertirse
en asesino; y yo no conocía, ni imaginaba la conexión que podía haber entre
ambos.
Alrededor de estos tres personajes se
construye una de las novelas más impresionantes que he leído en mi vida. Sin
embargo, no puedo dejar de mencionar al personaje que más llamó mi atención:
Caridad Mercader, la madre del asesino de Trotski. Una mujer que pertenecía a
una familia acomodada de Barcelona de principios del siglo XX. Abandonó a su
marido y a sus hijos y se convirtió en una paria de su clase para adherirse al partido comunista y atentar
contra su propia clase social. No dudó en instigar a sus hijos a luchar por sus
ideales. Se convirtió en la sombra de un Ramón desorientado y lo obligará a
cometer uno de los asesinatos más famosos del siglo XX.
La novela de Padura, no sólo contesta
a todas mis preguntas frente a tan extravagante dato histórico, sino que
también despertó en mí la comprensión humana de los hechos, por encima de
cualquier juicio moral. En la novela escuchamos resonar las voces de la
intrahistoria de una época en la que las ideas parecían brújulas y la
desilusión formaba parte de la vejez. Los tres hombres que aman a los perros se
debaten entre la fidelidad ideológica y la lucha por la supervivencia,
colocados los tres en vórtices históricos que los colocan en lugares remotos.
La Barcelona de la guerra civil, la efervescencia del mundo cultural del México
de los años 40 y la Habana herida del siglo XXI, son también protagonistas
indiscutibles de este relato.
Recomiendo la lectura de la novela a
todos los que creen en un mundo más justo, a los interesados por los avatares
históricos y a quienes, simplemente, disfrutan de la prosa bien urdida y
precisa de un escritor que es Premio Princesa de Asturias de las Letras.
Reseña realizada por Raúl Murillo García, profesor de Lengua Española y Literatura y miembro del equipo de Biblioteca