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Concha
Colmenero no pudo pronunciar su discurso de graduación, preparado con
mimo y eficacia como ella suele hacer con todo. En la cena posterior,
prometimos a los alumnos y alumnas publicarlo en los blogs. Ella no
quería porque los discursos se escriben para ser pronunciados y no
leídos. Tiene razón. Pero nosotros queremos que, de alguna manera, sus
palabras lleguen a las personas para las que lo hizo. Concha es una
profesora y compañera excepcional y una persona honesta, que no es decir
poco; todos lo sabemos. Además, es una oradora magnífica.
Así que imagínenla... Se levanta con elegancia, se ajusta las gafas para no parecer tan tan joven, sonríe al público, le chispean los ojos y comienza a hablar. Le cuesta mantenerse quieta porque ella baila, representa, canta cuando pronuncia un discurso. Algunos sonríen en el patio de butacas; otros disimulan la emoción como pueden; a veces nos ponemos serios y otras nos reímos abiertamente. Cuando Concha termina de cantar su discurso, todos los que estamos allí nos sentimos... de otra manera. Alguna un poco más ordinaria que lo que se estila en el Juande se pone a gritar: "¡Guapa! ¡Que cante un bolero!"... Y tras un instante de vergüenza inicial, la gente sigue a la gritona. Concha tarda dos minutos, no más, y con el micrófono en mano, canta...
Eso, tal vez, es lo que nos perdimos. Pero sus palabras están aquí, para que las leamos. Y el montaje de fotos va de regalo, por su bienhacer y el retraso en publicar esta entrada...
Por favor, no lean el discurso; vívanlo.
Así que imagínenla... Se levanta con elegancia, se ajusta las gafas para no parecer tan tan joven, sonríe al público, le chispean los ojos y comienza a hablar. Le cuesta mantenerse quieta porque ella baila, representa, canta cuando pronuncia un discurso. Algunos sonríen en el patio de butacas; otros disimulan la emoción como pueden; a veces nos ponemos serios y otras nos reímos abiertamente. Cuando Concha termina de cantar su discurso, todos los que estamos allí nos sentimos... de otra manera. Alguna un poco más ordinaria que lo que se estila en el Juande se pone a gritar: "¡Guapa! ¡Que cante un bolero!"... Y tras un instante de vergüenza inicial, la gente sigue a la gritona. Concha tarda dos minutos, no más, y con el micrófono en mano, canta...
Eso, tal vez, es lo que nos perdimos. Pero sus palabras están aquí, para que las leamos. Y el montaje de fotos va de regalo, por su bienhacer y el retraso en publicar esta entrada...
Por favor, no lean el discurso; vívanlo.
Extraordinaria, Concha.
ResponderEliminarQué lástima que nos hayamos perdido "el directo". Pero la imaginación ha puesto el resto, y "he vivido el discurso", además de leerlo.
Por cierto, ¿qué será eso del "Álgebra Lineal" para un Humanista (vulgo: 'De Letras')?.
Enhorabuena. Un abrazo.
Ricardo